UN AMIGO.

Ayer me llamó un buen amigo. Uno de esos valientes que quemó las naves por una mujer importándole nada el qué dirán. Y era para que le importara: a él, y a ella.

De tenerlo todo, a la nada.

Les fue muy bien. Eso sucede cuando tomas decisiones movido por el amor.

No es lector del Barullo.

Fue  a visitar al hospital a un lector del Barullo y éste le preguntó, sabiendo de nuestra amistad, por mi. No sabía qué había sucedido con la página los días que desapareció.El hombre estaba preocupado por mi situación.

No sé quién es (me dijo su nombre, pero no lo memoricé). Tiene un cáncer de pulmón instalado en una zona muy próxima al corazón, inflamada, y hace inviable una operación, químios o radios. Está allí, esperando a que baje la inflamación.

Amigo, no hay un solo día que no te recuerde. No entiendo nada de lo que os está sucediendo a ti, y a la Piedra. Como un niño chico, me bebo la lágrimas con pan, y  ando de aquí para allá en el desvarío.

Hoy, de manera casual, escuché un texto de Tomás Moro escrito antes de ir al cadalso a que le cortarán la cabeza. No buscaba la cita, llegó mientras  escuchaba la radio en el coche...

“Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor.”.

Y, aunque me cuesta creerlo, espero con todas mis fuerzas que sea verdad. Para ti, para Manuela, y para todos.

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¡Seguimos con el recopilatorio de canciones para acompañar un enfermo!

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NUEVA ENTRADA DEL SINGULAR PANETE