viernes, 3 de julio de 2015

EL PASO DEL TIEMPO.

Veo en la estación del AVE en Barcelona una señora operada, de esas que de tan estirada lleva la marca del ombligo en el cuello. Una pena. Debió de ser muy guapa, incluso bella. Pero el que le hizo el  zipostio , algún alumno de Corporación Dermoestética, suspendió ese examen, y a septiembre, a recuperar.

Pero lo de ella no tiene recuperación.

El tema de este siglo es el tiempo. El paso del tiempo. O mejor: el miedo al paso del tiempo y sus consecuencias.

 Tal vez todo comenzó cuando el primer hombre  cayó en la cuenta de que la primavera ya la había visto antes , y dio un paso de gigante en la concepción del tiempo.

Después sucedieron muchas cosas que ya se habían visto antes. Y llegó el  segundo enamoramiento, el segundo hijo, el segundo muerto....y el miedo.

La gente se gasta una morterada en cirugías, cremas anti age, lociones, pociones de membranas de tiburón, o de piel de escroto hindú, con la esperanza de  ser confundida con su hija, en lugar de resignarse a vivir en su propia confusión.  

Siempre hay algo en nosotros que no madura con la edad.En muchos es haberse estancado en la adolescencia, como Peter Pan, y en otros el conservar la máscara de la esperanza en el maquillaje del esperpento.

¡Fuera máscaras!: ser lo que soy, y nada más.
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EN LO SECRETO

2 comentarios:

  1. Las almas, como el buen vino, mejoran como el ttempo.

    Salvo si eres un sinvergüenza desde jovencito, que basta con ver la foto de ayer.

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  2. Es como el tapón que se pone alzas: sigue siendo un tapón pero ahora patético. O el encasquetado bisoñé (que sigues siendo el Calvo, coño); o el cincuentón con ropa de adolescente, y asín hasta el infinito.

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