Es muy difícil limitar la libertad robando clandestinamente pensamiento del interior de una mente.
Pero sí se puede embutir el pensamiento, prepararlo y empaquetarlo desde el exterior. Si además el cerebro está tierno y en fase de maduración, como es el de los niños y adolescentes , entonces la operación es eficaz y , a veces, perversa.
Se educa mucho así, a lo Casa Tarradellas, embutiendo el pensamiento en fuets que se cuelgan a secar.
¿Está mal ese pensamiento?: pues , qué quieres que te diga. No es problema de bueno o malo.
Es cosa de "libertad".
En esas formas de educar no hay crítica, ni se permite. Tampoco está bien visto el buen humor.Y sin crítica se atrofia el uso de la razón y sin humor se pierde el hábito de la crítica. Es cuando lo cultural se confunde con lo natural y se fragua ese zipostio mental que llamamos una convicción sólida.
Así es como una idea se gana el prestigio de creencia irrenunciable, como si estuviera impresa en la mente, como si fuera una marca de fábrica. Así es como nace y se hace un fanático.
Os podría describir unas cuantas de esas falsas creencias que, al menos a mi, me han hecho, y me están haciendo, mucho daño.
Buena metáfora: la educación como fábrica de embutidos. En mi opinión no hay espiritualidad en Casa Tarradellas. Hay un conjunto de normas, habrá, más o menos, -cada vez menos- una disciplina, una sensación de seguridad de ser mejores por el cumplimiento de esas normas. Gnosticismo moderno.
ResponderEliminarPero falta lo más importante: la letra mata, el espíritu vivifica, decía San Pablo. No hay "libertad interior" porque hay afán -obsesión, más bien- de control. El miedo lleva al control, el primer enemigo de la espiritualidad es el miedo.
http://www.periodistadigital.com/religion/libros/2015/07/05/antonio-esquivias-al-dejar-el-opus-hemos-tenido-que-reaprender-la-vida-el-cielo-en-una-jaula-iglesia-religion-cotizacion-derechos-dinero-jubilacion-prision-cotidiana-numerario-educacion.shtml
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