jueves, 16 de julio de 2015

SE REPITE LA HISTORIA.

"Ayer, Berthe, que viene tres veces por semana a quitar el polvo, encontró uno de mis cuadernos, en número 1, creo. "¡Así que en esto gasta el papel!" La miré. Es tonta, pero no más que cualquier otra. No esperó mi respuesta. Siguió limpiando y canturreando las mismas canciones idiotas que le rondan por la cabeza desde que tiene veinte años y anda buscando marido. Me habría gustado explicárselo un poco, pero explicarle ¿qué? ¿Que avanzo por las líneas como por los caminos de un pais desconocido y a la vez familiar? Me di por vencido y, cuando se fue, seguí. La verdad es que me da igual lo que pase con los cuadernos. Voy por el número 4. No encuentro ni el 2 ni el 3. Los habré perdido, si no los ha cogido Berthe para encender el fuego en su casa. Qué mas da. No me apetece releer. Escribo. Nada más. Es un poco como si hablara conmigo mismo. Me doy conversación, me hablo de otros tiempos. Intercalo retratos. Excavo sin mancharme las manos."

Si vivieses en 1937, como ese personaje de esa novela, también escribirías en cuadernos, en lugar de en un blog.

Es de "Almas grises", de Philippe Claudel. 



4 comentarios:

  1. Se repite la historia del pescador.
    Vivía en Galilea, y la pesquera del día anterior no le interesaba para nada, monada.
    Centrado en el día a día, lanzaba sus redes al lago, remaba y le gustaba ver la quilla de su barca abriéndose paso.
    Si hubiera nacido en el siglo XXI, llevaría uno de esos relojes que no marcan la hora y tan solo llevan grabadas tres letras en la esfera.
    NOW.
    Ahora es la hora de este momento.
    ...
    Un día vino al lago un tipo con barbas y un pico de oro.
    Le convenció para pescar hombres en vez de peces, el muy ladino.
    ...
    Se fió del pollo y le siguió. Era una buena opción.
    ...
    Atardecía sobre el lago.
    El pescador regaló sus redes y su barca a la cooperativa de pescadores, se despidió de sus ancianos padres e hizo el petate.
    En su bolso de viaje llevaba su cuchillo de pescador, media docena de anzuelos y un par de cuadernos a medias.

    El pescador llevaba escritos doce, pero la mayoría se habían perdido en días de tormenta, y ahora descansaban en el fondo del lago.

    Lo único que le importaba era continuar con el siguiente cuaderno.
    Saliera una novela, un diario, o los mismísimos Evangelios.

    Eso ya, era lo de menos.

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  2. ...yo si que me releeo, primero pensaba que era por vanidad (quién sabe) luego he aprendido a que el blog -o cuadernos- ademas de eso, es una biografía emocional.

    Lo de "eso", se ve día a día.

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  3. Cada día más coñazo y menos comentarios y menos lectores y na de na

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  4. ¡¡¡Ja ja ja!!!

    Me lees y´ju, comentas ú...¿te parecer poco?

    Jajajaja

    ¡Eres grande!!!

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