lunes, 27 de julio de 2015

LA OBRA DE ARTE

La obra de arte tiene algo de mística, basta que alguien   se dé cuenta de una belleza que ha percibido en ella para que el acto de la belleza se consuma.

La universalidad de Cervantes, de Rembrandt, de  Kafka  , se debe a millones de personas que han sentido y han participado de la belleza de esa obra. El arte  existe  porque damos por  buenas las declaraciones de miles de personas durante años.

Al final resulta que para  gozar de Van Gogh has de ser un poco Van Gogh, y de una sinfonía de Beethoven un poco Beethoven.

Con los evangelios, a mi al menos me sucede, esa emoción en el doble sentido de su lectura también  me embarga. Sé lo que siente el hijo pródigo, me emociono con la hemorroísa...y esa belleza , estoy seguro, es salvífica.

Pero hay un instante que la obra de arte resulta  de una emoción conmovedora.

Cuando la mente del que concibe y realiza la obra la repasa una vez hecha, toma distancia sobre ella, se recrea,  ve  su propia labor  desde  fuera,y la observa independientemente de él.

El artista que se aparta de su lienzo con un brillo creador contemplando su obra, el poeta que recita en voz alta sus versos. Y llega una emoción que es incomunicable, aún no ha dado a luz su obra, y el éxtasis  se apodera de él.

Después llegará a ser conocido , o no: pero ese gozo artístico no se lo va a quitar nunca nadie. 

El que lo probó lo sabe.
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ERBARME DICH

8 comentarios:

  1. Erbarme dich , es una de mi obras favoritas Suso

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  2. Erbarme dich, es una de las obras mas emocionante que conozco Suso

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  3. El himno a San Lorenzo de Huesca es superior en belleza.

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    1. Yo he oído decir, y varias veces, que el himno a San Lorenzo está inspirado en la última sinfonía de Mozart, la número 41, que lleva el pagano título de "Júpiter", a pesar de que nadie jamás ha logrado captar la menor semejanza entre la pachanguera fanfarria callejera y esa sinfonía de Mozart, que además ni siquiera es la mejor. Siempre me ha llenado de estupefacción cómo es posible que a alguien se le pueda ocurrir teoría semejante. ¿No habrás sido tú?

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  4. Una vez hube llorado, me sequé con la camisa y miré la bóveda del atrio.
    Era un fresco pintado en colores claros, que representaba la Creación.
    Allí no había ni una trinchera, ni una ambulancia, ni el estallido de ninguna granada.
    ...
    El cielo azul.
    La tierra color siena.
    El Jefe haciendo nacer de la nada el todo.
    ...
    Al rato de observar el fresco, me sentí mejor.
    Mucho mejor.

    Como si alguien hubiera abierto una ventana y corriera por la iglesia un viento fresco.

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  5. Este aria de Bach, que muchos de nosotros no conocíamos hasta que la escuchamos en las películas de Tarkovski, dentro del desarrollo narrativo de „La pasión según San Mateo“ sucede a la triple negación de Pedro, de la cual él es „despertado“ por el canto del gallo. Como si, por negar a Dios, estuviéramos dormidos, y el arrepentimiento fuera un despertar. La altura de la belleza de este aria tiene la misma medida que la hondura de la negación de Dios. La expresión de esa medida es esta plegaria de arrepentimiento. El hundimiento, la postración, el abatimiento del hombre, no son tanto un efecto del pecado, sino de vivir arreglándoselas sin Dios. Estos artistas no pretenden salvar al hombre del pecado, sino sacarlo del abatimiento.

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  6. No, si ahora también resultará que el egoista no era el hijo pródigo, sino el hermano del hijo pródio.

    A cagar a la vía.

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