Cuando has degustado una vez una alegría inmensa, una experiencia de felicidad no la olvidas nunca, pues pertenece al ámbito de las emociones, no al de la memoria. Te ha sucedido a ti, y eso queda para siempre.
Si te anclas a ella sabrás vivir siempre momentos de alegría y felicidad para seguir esperando a pesar de todo.
El corazón ha vivido eso y desde entonces te acompaña siempre. El vientecillo de aquella experiencia ha movido la cortina del tiempo , se ha movido y has visto lo que hay detrás.
Poco importa que esta cortina regrese a su estado, lo hace siempre, y a veces es dura como una muralla. Pero ya has visto lo que hay detrás, y eso estará siempre ahí. Ya basta.
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