Es de ayer esta foto.
Dos personas hablando de todo y de nada, envueltas en la luz maravillosa de septiembre, luz de las once de la mañana. Luz , más precisa que las palabras. La luz invisible - vemos objetos iluminados- que baña este miércoles.
A un pez no le extraña que el agua moje, y nosotros no caemos en la cuenta que en Dios nos movemos, existimos, somos. ¡Todo es luz!
Creemos saberlo todo, pero no sabemos nada.
Anda, inicia el camino de regreso, intenta recuperar el sol que perdiste. Acaricia esa pared donde una mujer , alegremente despreocupada , confiada, siente que desprende calor y, aunque sabe que es sólo eso, una pared, a pesar de todo eso, siente por una milésima de segundo que está viva. Y desear amar esa pared. Y desear que te ame.
UN HOMBRE QUE LLORA.
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