Sencillamente hablamos de ti, de cómo
nos dejaste, del sufrimiento lentísimo
que fue desgastándote, de tus cosas
hablamos, y también de tus gustos,
de lo que amabas y de lo que no amabas,
de lo que hacías y decías y sentías;
de ti hablamos, pero no con pena.
Y poco a poco devendrás tan nuestro
que no será necesario ni que hablemos de ti
para recordarte, poco a poco serás
un gesto, un vocablo, un sabor, una mirada
que fluye sin decirlo ni pensarlo.
A MARTILLAZOS
No tengas ganas de morirte, amigo.
ResponderEliminarNi a veces, ni nunca.
La cosa es que la vida y a veces la muerte, se pueden convertir en hermosos regalos donde los espíritus se reencuentran.
Así que no tenemos más cojones que aguantar el tipo hasta el final, sorber el regalo de la vida hasta la última gota, y luego... Prepararnos para la sorpresa final que nos tienen reservada.
Son las reglas del juego.
No nos las hemos inventado nosotros, vienen de serie.
Chico.
No son esas las ganas que tengo de morirme...es otra cosa, no es fácil de explicar.
ResponderEliminarUna manera de decir "te quiero".
Nada que ver con desesperanza, , ni con abandono.No es tristeza
Oído cocina.
ResponderEliminarMejor así.
Suso, lo de costumbre... Te abrazo y me callo.
ResponderEliminar¡Gracias, Ana!
ResponderEliminaruna maravillosa declaración de amor eterno
ResponderEliminarun besazo fuerte
Esa mirada de Manuela hacia ti...cuanto dice.
ResponderEliminar„Y poco a poco devendrás tan nuestro
ResponderEliminarque no será necesario ni que hablemos de ti
para recordarte, poco a poco serás
un gesto, un vocablo, un sabor, una mirada
que fluye sin decirlo ni pensarlo.“
Olvidar a veces significa desembarazarse, dejar al margen. Pero a veces olvidar significa asumir más íntimamente de lo que uno es capaz de concebir, hasta el punto de que deja de notarlo, de modo similar a como cuando uno posee una maestría absoluta sobre una técnica deja de percibirla: lo que se percibe son más bien las torpezas, las enfermedades. En el momento del dominio absoluto, la técnica se vuelve una segunda naturaleza. Pues si es cierto que –como a menudo se dice– somos lo que recordamos, más cierto aún es que estamos hechos de todo aquello que ya hemos olvidado y que tanto se ha fusionado con el núcleo de nuestro ser y reabsorbido en él, de aquello que hasta tal punto se ha filtrado por completo hacia los estratos subterráneos –volviendo a dejar seca la superficie– que se ha vuelto inapreciable e impalpable para los tentáculos de nuestra conciencia, en la cual sólo reaflora en esos momentos, raros por escasos y extraños, en los que su cercado se desvanece.
Hacía tiempo que no comentaba pero te leo a diario. Cortado y barullo. Animo Suso.
ResponderEliminarEse polo lacoste te queda bien Suso, creo que son los que mejor quedano ¿no crees? ...pero nada comparado con tener a Maunela al lado.
ResponderEliminarDesde lo de Manuela, el blog a tomar pol culo.
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