Leer es vivir muchas vidas. Y sorprenderte.
Y estremecerte leyendo el relato que comparte el nómada con la gente tras su regreso , que eso es un escritor. Nos convoca alrededor del fuego de la chimenea de casa, o en el vagón de un tren, sentado en la espera de una sala de estar... Y nos dice : «Esto es lo que sentí»: noticias del mundo interior o exterior, con lo raro, lo extraño o lo chocante, y con cuentos sobre bestias u otras gentes. Y sentimos un algo profundo : «¡Son iguales que nosotros!» o «¡Dios, qué complicada es la vida!».
En realidad, escriben los esfuerzos que hacemos para ser felices día a día.
En realidad, escriben los esfuerzos que hacemos para ser felices día a día.
El escritor nos hace ver lo maravillosamente iguales y diferentes que somos: todas las historias se parecen tanto...se ríen, lloran, se enamoran, cuentas chistes, o inventan tramas para animar a una audiencia somnolienta con detalles inventados que adornan nuestras vidas, ¡tan aburridas!.
Shakespeare , en el inicio de Hamlet, hace decir al padre en su fantasmal aparición:
"Podría contarte una historia cuya palabra más ligera devastaría tu alma, helaría tu sangre joven y haría que los ojos se te saltaran de las órbitas como estrellas, y tus rizos se anudarían y desanudarían, y cada uno de tus cabellos se pondría de punta".
Imposible describir mejor qué es lo que debe hacer cualquiera que quiera escribir, aunque sea la entrada de un blog: la intención de este Barullo es mantener el brillo en los ojos del lector contando historias.
Pues gracias mil errante Suso que cada mañana puedo hacer lo que escribes con tus fotos y post
ResponderEliminar¡Gracias a ti, y a los centenares de viajeros del Barullo!
EliminarMe gustaría escribir una historia capaz de llevarte a un campo donde te redimieras, a una playa donde descansaras, a una alcoba donde te perdieras y a una iglesia donde por fin harías las paces con tu Creador.
ResponderEliminarPero los más seguro, es que tú, al leerla, fueras a un campo donde descansaras, a una playa donde te perdieras, a una alcoba donde por fin harías las paces con tu Creador y a una iglesia donde te redimieras.
Y esa multiplicidad de movimientos entre mis quimeras y las tuyas, tal vez, solo tal vez, serían la estructura de la historia mejor contada.
Porque sus elementos, al ser movibles, aliviarían el pesar y abrirían nuevas puertas.
...
Eso es lo que me gustaría escribir.
Por qué esa manía tuya de los chalecos? Son de viejete.
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