lunes, 14 de septiembre de 2015

CONTAR HISTORIAS

Leer es  vivir muchas vidas. Y sorprenderte.

Y  estremecerte leyendo  el relato que comparte  el nómada con la gente tras  su regreso , que eso es un escritor. Nos convoca alrededor del fuego  de la chimenea de casa, o en el vagón de un tren, sentado en la espera de una sala de estar... Y nos dice : «Esto es lo que sentí»: noticias del mundo interior o exterior, con lo raro, lo extraño o lo chocante, y con cuentos sobre bestias u otras gentes. Y sentimos un algo profundo :  «¡Son iguales que nosotros!» o «¡Dios, qué complicada es la vida!». 

En realidad, escriben los esfuerzos  que  hacemos  para ser felices día a día.

El  escritor nos hace ver  lo maravillosamente iguales y diferentes que somos: todas las  historias se parecen tanto...se  ríen, lloran, se  enamoran, cuentas chistes, o inventan tramas  para  animar a una audiencia somnolienta con detalles inventados que adornan nuestras  vidas, ¡tan aburridas!. 

Shakespeare , en el inicio de Hamlet, hace decir al padre   en su fantasmal aparición:

"Podría contarte una historia cuya palabra más ligera devastaría tu alma, helaría tu sangre joven y haría que los ojos se te saltaran de las órbitas como estrellas, y tus rizos se anudarían y desanudarían, y cada uno de tus cabellos se pondría de punta".

Imposible describir mejor  qué  es lo que debe  hacer cualquiera que quiera escribir, aunque sea la entrada de un blog:  la intención de este Barullo es mantener el brillo en los ojos del lector contando historias. 
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EN LO SECRETO.

4 comentarios:

  1. Pues gracias mil errante Suso que cada mañana puedo hacer lo que escribes con tus fotos y post

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    1. ¡Gracias a ti, y a los centenares de viajeros del Barullo!

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  2. Me gustaría escribir una historia capaz de llevarte a un campo donde te redimieras, a una playa donde descansaras, a una alcoba donde te perdieras y a una iglesia donde por fin harías las paces con tu Creador.
    Pero los más seguro, es que tú, al leerla, fueras a un campo donde descansaras, a una playa donde te perdieras, a una alcoba donde por fin harías las paces con tu Creador y a una iglesia donde te redimieras.
    Y esa multiplicidad de movimientos entre mis quimeras y las tuyas, tal vez, solo tal vez, serían la estructura de la historia mejor contada.
    Porque sus elementos, al ser movibles, aliviarían el pesar y abrirían nuevas puertas.
    ...
    Eso es lo que me gustaría escribir.

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  3. Por qué esa manía tuya de los chalecos? Son de viejete.

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