Como todos los días , mañana el sol habrá dado la vuelta a la Tierra y aparecerá de regreso por aquí.
Se iluminarán las tierras de Arroyo, Simancas, Zaratán , y los ocres de este otoño alfombrarán los páramos y campos de marrones cebolla. El corazón de los valles donde habitan todavía , palpitando, el pulso de antiguas generaciones de campesinos .
Como cada otoño , por el cielo de Castilla , buscando el sur, cruzarán en forma de lanza las aves migratorias, que el sol del amanecer encenderá de perfil , como ascuas de fuego. Los primeros rayos difuminarán en dos la Plaza Mayor
Se iluminarán las tierras de Arroyo, Simancas, Zaratán , y los ocres de este otoño alfombrarán los páramos y campos de marrones cebolla. El corazón de los valles donde habitan todavía , palpitando, el pulso de antiguas generaciones de campesinos .
Como cada otoño , por el cielo de Castilla , buscando el sur, cruzarán en forma de lanza las aves migratorias, que el sol del amanecer encenderá de perfil , como ascuas de fuego. Los primeros rayos difuminarán en dos la Plaza Mayor
Mañana martes , bien temprano, el sol, que llega empapado del otro lado del Mediterráneo , iluminará la cara de tus hijos que van al colegio, o tu pareja, que sale en busca de trabajo, o de ese desayuno de café bien calentito, con una tostada de aceite de oliva de una densidad lubricada.
Mañana , como todos los días, el sol se ocultará a las 19.42 por tierras gallegas , se irá muy lejos a dar la vuelta el mundo...y la vida seguirá como todos los días...si Dios quiere.
Precioso.
ResponderEliminarHoy, como todos los días, el mercado internacional de las comunicaciones lanzará otro satélite para adelantar a la competencia. Si conseguimos triangular las posiciones con un cuatro satélite, obtendremos la ansiada coordenada z, correspondiente a la altitud, en la eterna y estéril batalla entre el sistema G.P.S. y el proyecto Galileo.
ResponderEliminarHoy, como todos los años, las aves migratorias se orientarán a mil quinientos metros de altura, siguiendo las líneas magnéticas de la Tierrra, unas trazas invisibles a los ojos y a las máquinas humanas, y que de forma natural conocen los estorninos y las golondrinas.
Ellas no necesitan ni los satélites, ni las propiedades de las hondas hertzianas.
En su opinión, volar con un móvil entre las alas, no sólo es anticuado, sino antinatural.
Mientras tanto, los humanos no conseguimos localizar las líneas magnéticas de nuestro propio entorno.
Y los estorninos y las golondrinas nos miran como lo que somos.
Torpes bípedos incapaces de volar por nosotros mismos.