En Bielsa me enamoré de una chica de 15 años que apodaban "culo rollo". A mi me tenía loco, y no por las pecas del culo, sino porque a uno en aquellos años le ponían una falda a una farola y ya estaba diciendo tonterías.
Y ahora también.
En el papel pintado de la pared de la habitación donde dormía dibujé un corazón y escribí nuestros nombres. Era tan encendida mi devoción por esa mujer que extrañaba que no ardiese el papel, y la habitación.
Pilar y Suso , y el corazón. Fue hace muchos años.Cuando era un adolescente , bastante buena persona. Regresé a Bielsa y la casa había desaparecido.
Cerca de esa casa discurre un río apacible cuyas aguas, como la vida, puede que se hayan llevado al mar la memoria en ruinas de ese amor que ella jamás supo que la profesaba. Pero lo escrito, escrito está. Eso lo sé por Poncio Pilatos, un tío muy listo.
Etimológicamente el vocablo libro se deriva del latín liber. Libro y libre tienen en latín la misma raíz. Lectura y libertad son pasiones que siempre acaban por encontrarse. En la pared escribí dos nombres y un corazón, que es todo un argumento.
"Donde una vez las aguas de tu rostro hicieron que, loco y enamorado, dibujara un corazón, y escribiera nuestros nombres, y el mundo siguió girando impulsado por ti y por mi, antes de que ninguno de los dos supiera nada del otro".
Es una historia como tantas otras, como la tuya también.
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