jueves, 8 de octubre de 2015

RETRATO

Hay fotógrafos que ven el rostro como un paisaje: pliegues , arruga,   mejillas , los ojos y su color .
 
Esta clase de fotógrafos se asoman a tu rostro , dispara, y te hace un paisaje. 
 
Otros son espeleólogos : todos tenemos  galerías que conducen a un estrato del alma. Allí quien forma estalactitas, estalagmitas,  charcas  oscuras, veneros  sinuosos, extrañas galerías...
 
Son rostros llenos de símbolos, con una fuerza  tan grande que desnudan su vida interior, sus ambiciones, su vanidad, sus afanes.   
 
En  la   portada de "El hombre de Villa  Tévere" hay una fotografía  de un pintor retratando a Escrivá de Balaguer. Lo que impresiona de esa foto es la mirada- ¡esos ojos!- de monseñor a punto de saltar a la yugular del retratista.
 
Es un viejo truco que el fotógrafo supo aprovechar del pjntor . Hacen cambiar de postura , gesto, y mirada al  posado  durante un buen rato (hombre siempre  muy ocupado).
 
Tal vez cuando ve que un soterrado cabreo le sube a los ojos   del retratado - es lo que vemos en la fotografía-    dispara la última bala. 
 
Entonces el fotógrafo parece que dice : ya eres mío, te cacé.
 
El cuadro no sé como le quedó al artista, pero la fotografía es tan buena que no me extrañaría que el pintor  mandase destruir el suyo.
 
Esta foto dice mucho de los adentros de ese  hombre.


2 comentarios:

  1. Cuando vivía en Villa Tevere, hace ya unos años, recuerdo que un día escuché un comentario a uno de los más viejos de esa casa, hablando de este libro, en el que básicamente decía que los relatos en que este viejo personaje aparecía en el libro en alguna anésdota con Escriba, habían sido totalmente cambiados por la escritora. A partir de aquí, me quedó claro que el libro podía estar muy bien escrito pero era ficticio... eso sí, esto te lo dicen en petit comité, cuando están en una meditación es una maravilla de libro...

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  2. A mí me impresiona mucho la foto con Isidoro Zorzano, no sé si muerto o agonizando. Me parece una falta de respeto a Isidoro. En esa época, cuando hacer una foto no era tan sencillo, debió ser todo un montaje. La pose estudiada, con la cara compungida y el brazo extendido sobre la cabecera de la cama...

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