El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán , dijo Él.
El cielo consiste en contemplar cómo resbala el aceite virgen de oliva sobre una tostada de jamón ibérico . También oler el after shave que usaba tu padre. Escuchar la jota " Y la nieve ardía" que cantaba tu madre . El olor de tu calle después de una tormenta de verano . Recordar aquella mañana de la adolescencia cuando siendo monaguillo pusiste la bandeja de la Comunión sobre la barbilla de aquella chica que te tenía loco, y escuchar los latidos de tu corazón enamorado.
El cielo es encontrarte abrazado por Juan Pablo II , escuchar su voz grave mientras te acaricia, y oír "¡eres muy bueno, eres muy bueno!" . Lanzar la pelota desde la línea de 6,25 en el último segundo y ganar el partido. Y no saber cómo cojones entró.
El cielo escuchar la mansa lluvia en el tejado mientras lees en la buhardilla del Hotel Vidaller números retrasados del Reader Digest's. Ascender al Cilindro desde Pineta y diluirse en la cima observando en silencio los ramales de Añisclo y Ordesa. El cielo es el primer beso y palpar temblando el seno de una mujer. Comerse un melón a la orilla del
Cinca en agosto a la sombra de pino en compañía de quien sea que estés bien. .
Por el contrario, en la Tierra también está el infierno. El aliento fétido del pederasta con halitosis que te confesaba. La mirada porcina del codicioso que te sulfata el rostro pensando en cuanto dinero tienes . Andar merodeando en busca de putas baratas por los callejones de un barrio maldito. La soledad del que escapa en un tren y termina en Madrid en una habitación que da a un patio ínterior y desde allí saber que ya no volverás a ser el mismo .
El infierno es no poder refugiarte en un momento feliz de la infancia y que el perfume de unos huevos fritos no te lleve al regazo de tu madre. El dolor siempre inútil de los inocentes, o el de ese padre que le han diagnosticado que su hija es esquizofrénica. El de la furcia de quince años que está embarazada de cinco meses y su padre le dice que le haga un favor.
El infierno es no encontrar ni una sola respuesta nunca a ninguna de tus lágrimas. Acostarse el sábado porque toca , después de haber visto el partido de fútbol.
El cielo y el infierno pasarán, pero mis palabras no pasarán. Y tengo miedo. Formamos parte de un misterioso y terrible tapiz del que sólo vemos los nudos. Somos una miserable urdimbre , casi infinita, que diariamente nos exalta y nos mata. Somos, simultáneamente , lo mejor y lo peor.
Somos una mierda.
Me ha gustado mucho tu post ... incluso con ese final "abrupto" ... tan duro como cierto.
ResponderEliminarMuchas veces pienso en lo que te dijo Juan Pablo II ... y pienso que es la voz de Dios, que seguramente nos diría lo mismo, y perdona que me incluya.
Me gusta, sobre todo el final. Lo de acostarse el sábado porque toca y el que somos una mierda. Suso, así me siento yo últimamente y no sé como va a acabar esto...
ResponderEliminarDías sin leer entradas y esta me conmovió. Gracias:)
ResponderEliminarEstoy entre ese cielo y ese infierno. Se puede ser feliz y estar triste ? Buenas noches