Me hizo gracia un comentario de Alessandro Baricco sobre la visita última que hizo Juan Pablo II a Cracovia y una ceremonia multitudinaria que tuvo lugar allí.
Cuando todo termina dice Baricco que Juan Pablo II «se dio la vuelta y se fue con esos andares de agotamiento con que los abuelos pasan de la mesa a la butaca que hay frente al televisor. Sólo que él, con esos andares, se trilla el mundo. A pocos metros de la bambalina tras la cual debía desaparecer, se paró. Y podríamos apostar que miles, en ese momento, pensaron: ahora se da la vuelta, ahora va a mirarnos a todos por última vez y va a llevarse esa foto en la cabeza, para siempre.
Es el cine el que nos ha echado a perder. En las películas siempre pasan esas cosas. Es una canallada si alguien sale de una habitación sin antes pararse delante de la puerta, girarse y decir algo buenísimo. El Papa no es una película. Sin volverse, desapareció».
Y me ha recordado la cita ver la fotografía de Sánchez e Iglesias, esos dos histriones , escenificando en un paseillo una mala escena de una muy mala película. Una performance de dos perrillos en la entrada del Congreso, oliéndose el culo y los genitales , simulando una atracción que no tienen: son dos razas diferentes, un Marilín, y un Pitsburg.
Pero es que, ellos sí, son un guión escrito por idiotas. Se ve mucho el proscenio ...y al apuntador.
Hay personas que saben que en este mundo solamente hay una desgracia mayor que desear algo con toda el alma y no tenerlo: desear algo con toda el alma y tenerlo. Y hay personas que no lo saben.
La vida - ése barullo en la herida - es así....El barullo de cada día.
Muy aguda la entrada de hoy. Después de haberla leído, la foto de Iglesias & Company recuerda esos tiernos finales de las películas de Charlot en los que se veía al payaso y a la falsa cándida caminando por un camino sin fin mientras la imagen se recortaba como un círculo que se iba empequeñeciendo hasta fundirse en negro. Sin embargo, cuando la foto la vi ayer, lo que llamó la atención, y lo que revela toda la impostura del montaje (y seguramente ésa fue la intención del fotógrafo), fue la pared de fotógrafos que los políticos simulan no percibir y contra la que parecen ir a estrellarse, como en esas malas escenas impostadas que se cortan justo antes de que se vea el truco.
ResponderEliminarLas mentiras ya no son lo que eran, Teniente.
ResponderEliminarLas mentiras ya no son lo que eran, Teniente.
ResponderEliminarLa política hoy es pura pose. Esta mañana hablaba con un concejal que de Unió Democràtica que tiene que votar una moción para declarar persona non grata al Rey. Esto es lo que ocupa al Ayuntamiento. Como en el nazismo y el comunismo tienes que elegir. O estás conmigo o estás contra mí. Quedas fichado de por vida. Una decisión que marcará tu futuro y el de tu familia.
ResponderEliminarEl pathos expresionista, su voluntad de enraizarse en una tradición nórdica, su exaltación de la germanidad primitiva (…) podía acoplarse fácilmente con las expectativas de una escenografía hitleriana en que la emotividad, el sentimiento inmediato, la apelación a todos los sentidos (…) dejaban privado al espíritu racional de todos sus derechos (Jean Claire hablando sobre expresionismo y nazismo)