jueves, 14 de abril de 2016

IN MEMORIAM,

Estos días de abril  he andado otra vez, aunque brevemente, sobre el mismo mar de dulzura  de los campos del Páramo.

Ha soplado un poco de norte y todo el azul era limpio, casi ciruela, y los perfiles de los campos  se dibujaban en la  geometría exacta que los labradores  esculpen. . 

En esta ocasión he caminado sobre estas dulces e idénticas parcelas de fondos infinitos  con el corazón acongojado. Hace unos  días   murió un buen amigo con el que anduve en otros  montes, y en otros días azules. Durante algunos años nuestras botas  cruzaron los mismos senderos , y juntos gastábamos las suelas en largas caminatas , densas  como el silencio  que se crea  cuando bajas  de  cimas  que tardas  horas en ascender. 

Recuerdo regresar con él del Posets. Debajo de una cascada  nos refrescamos  y sentíamos el vapor que salía de nuestros cuerpos ardiendo de calor , y el olor  de horas de sudor de agosto.

- ¡Me encanta este olor! - gritaba feliz.

 Era  un  joven  que  gozaba de la vida, de los placeres profundos y sencillos. Hablaba  poco . La vida  después, como a mi, no le fue bien, y  tuvo  muchos cruces de caminos: cinco hijos, uno esquizofrénico, otro   disminuido físico...viudo. Quedó desnortado y, me decía  con una admirable resignación , "el sistema me ha expulsado".

Se  quedó sin puntos, sin carnet de conducir...

Entonces, amaba la naturaleza y la memoria de los tiempos felices. Tenía la mirada   rota  , de una tristeza  infinita. Ésta es una historia anónima, llena de gloria privada. De esas  que Dios  mira con amor y preferencia .

El mes pasado murió. Hoy  lo recuerdo  y rezo por él.  Descansa en paz, querido  amigo. 

Mientras mantenga una ilusión de felicidad o conserve una esperanza de belleza seguiré caminando  este espacio azul , y cuando la bonanza alcance la cúspide de la perfección o las rachas de viento que se precipitan desde los Picos de Europa  agiten de forma inhóspita mi pelo , siempre pensaré en nuestra amistad, en aquellos años  , cuando entregamos nuestra vida a Dios, y un  psiquiatra te aconsejó  otro camino.

También a mí un día esta tierra  me acogerá el cuerpo y yo no seré sino el recuerdo de unas risas, las anécdotas de unas aventuras, las canciones de unas tertulias  , unido a la breve memoria en la mente de los seres que me amaron.


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EN LO SECRETO: HACEN EL MAL...

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