viernes, 8 de abril de 2016

REPRESENTANDO UN PAPEL.

Leo  este  comentario de Frankl. Me  ha  conmovido.

Sí, muchas  veces  me  he  visto a  mi mismo  como  espectador  de mi  propia vida, como  si de una película se tratase. Y siempre  me  he  despertado  ternura en mis  actos, incluso  en los  más vergonzosos. Lo  mismo  me  sucede   en los demás.

Es  cuando  me veo  solo  que  mis juicios  sobre  mi y los demás son despiadados.

Viktor Frankl y Pinchas Lapide. Búsqueda de Dios y sentido de la vida. 

«Se dice que Dios es invisible. Y alguien me lo ha planteado alguna vez como objeción; yo le pregunté si había estado en un escenario de teatro, y le expliqué que, desde la escena, no se suele ver nada del espacio ocupado por los espectadores. 

A pesar de hallarse allí cientos de espectadores, uno sólo percibe una especie de gran agujero negro, pero sabe que está actuando ante el público. Lo mismo sucede con el Señor. El gran Espectador está sentado en su palco, tú no sabes dónde, no puedes verlo. Pero sabes que está allí. Entiende ante quién estás, dice la Torá. Asume tu responsabilidad de igual modo que el actor representa su papel».

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