lunes, 25 de abril de 2016

LO QUE DURA EL SALTO DE UN SALMÓN.

Leo  "Viajes  con Herodoto " de Kapucinsky  y  siento asco y pena  de nuestra condición: terror, miedo, abyección, miseria , ignonimia...dioses que  sólo  nombrarlos  ponen los pelos de punta. Y los  representantes de esos dioses  en la Tierra  reclamando para si toda la gloria  de ese invento. 

Todos  reclaman la patente de la divinidad, sea esta  mesopotámica, egipcia, romana, bárbara, oriental. Gente que ha  montado  la vida sobre la muerte, de modo que es imprescindible matar para vivir. Es la  degeneración repugnante del horror . Nada nuevo bajo el sol. Los dioses   cincelaron el dolor en la carne de sus criaturas con el gusto de un orfebre: batiendo y moldeando al personal a  martillazos  a fuego y sangre.

También esos  representantes de dios  nos ofrecieron   la abyección moral. Es pavorosa la historia de la Humanidad. 

Por eso , sorprende que aparezca Jesús en medio de este lodazal de destrucción - ¡ cómo fue  recibido  por ese rey Herodes ! - y hable de  perdonar, de poner la otra  mejilla, de  las flores del campo, de  las aves del cielo, de  ovejas perdidas...que muera en un patíbulo dejando una panda de pringados, y que  aquí estamos, dos mil años después.

Es verdad que a Jesús se le ha tergiversado  mucho el mensaje, y que ha tenido representantes suyos de  lo pior de lo pior. 

Ante semejante situación , ¿qué hacer?: hincar nuestras rodillas en el estercolero y mirar al cielo cantando la gloria al creador   sabiendo que es verdad que está con los pobres, con los enfermos, con los que lloran...

O  pensar que ese dios es un puto cuento como el de Jerjes,  Tutankamon, los Césares , o cualquiera de los hijos de puta que  han sembrado este mundo de esclavos. Y  colaborar con él arrojando fetos de niños a la trituradora, espumarajos de  babas nacionalistas   en forma de proclamas políticas de odio al otro, o armándonos de   misiles nucleares    hasta completar el exterminio total del planeta.

También podemos  aislarnos , cercar  con una valla  nuestra pequeña parcela  y construir detrás de ella un sueño . Y ser  como ese  hombre que dejó de conducir para no dejar el parabrisas de su coche como un cementerio de moscas y mosquitos.  Eso al dios de Jerjes  le dejaría acojonado.   

Desde este  punto de vista , el bueno de Francisco   sobrecoge: hermana lechuga, hermano  lobo, amigo berberecho, amiga  hiedra, sobrino musgo, tía amanecer .¿Maravilloso hombre este Francisco que se tomó en serio a ese Jesús. Que aprendió a ver el reflejo de su   alma en los ojos de un perro. Que  se puso  de rodillas  ante cualquier sembrado y besar el suelo sagrado. 

Que supo plantarse desnudo ante el poder  , mirándole de hito en hito , en bolinguis, el tío, porque sabía que su cuerpo es también el vestido de los lirios del campo .

Ser de Jesús, el de verdad, es  vivir para hacerte inmortal sólo en lo que dura el salto de un salmón remontando el río.

Lo demás es  mentira.


2 comentarios:

  1. Aquel chico larguirucho y con melenas contaba buenas historias.
    Y muchos le creyeron y se organizaron para lanzar sus mensajes de paz y amor.
    Los había de mirada agria y perdida, o de vida nítida y vibrante.
    Unos eran tan jóvenes y puros que su verbo se elevaba como el vuelo de las Águilas.
    Otros se apuntaron a ganador e hicieron trampas con su currículum.
    Las había sabias y prudentes, y predicaban con el ejemplo.
    Otras envenenaron con cicuta a medio barrio y luego se fumaron un puro.
    ...
    Lo bueno de aquellas historias es que fueron escritas para todas y todas.
    Y nadie estaba acostumbrado a textos tan amplios.
    A historias que metían su mano entre las costillas de tu tórax, y te sacaban primero el corazón.
    Y luego tu alma.

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  2. Increíble entrada, Suso... Me la guardo! Un abrazo! Emma Morley

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