Estuve enamorado de mujeres con profundas raíces familiares que estaban arraigadas en la casa del pueblo. Aprendí mucho.
Soy un urbanita, sin apegos. Desarraigado de historias familiares , de costumbres. Mi padre fue deshederado por casarse con una Zabaldica , y con él, toda la descendencia.
Me encantaba ver como en la casa familiar de Ana , después de muchos años, te encuentras con los utensilios domésticos y las viejas herramientas que usaban en la niñez: el molinillo de café, cacharros de la despensa, o del desván , la balanza romana, el molde de las magdalenas, el almirez, el arado, el trillo, la hoz, la plancha de carbón...
Al haber perdido su carácter utilitario, la mirada nueva que se posa sobre estos instrumentos los convierte en memoria pura . Están depositados todavía en alacenas o despensas polvorientas y en almacenes derrumbados, un espacio que ha sido abandonado. Sin embargo, allí están , con un encanto especial.
También el tiempo se ha ido alejando de sus formas hasta dejarlas detenidas en un punto del pasado que se confunde con el alma de las generaciones que allí vivieron . A esos utensilios caseros y herramientas agrícolas estuvieron pegados el amor y el sudor de una gente desaparecida. También todos los flujos y aromas de alimentos, de tierra, de heno y animales.
Me encantaba visitar esas casas.
Estos recuerdos se han esfumado dejando las cosas venteadasy desnuda.
Parece que duermen bajo el polvo , pero si los trasladaras a la sala de un museo y los colocaras bien iluminados sobre una hornacina ahora sería considerada una obra de arte.
Ana, me enseñó a amar esa vida escondida que se camufla en esas viejas casas .
Aprendí que en las formas simples de esos objetos se halla el inicio del alma de esas mujeres : el trillo, la niñez, el molde de las magdalenas, las primeras lágrimas, el molinillo de café, la inocencia perdida, el nombre de aquel perro, los juegos en la noche de verano, el costurero, el aguamanil de cerámica, aquel chico que pasaba los veranos allí , la plancha de carbón, el sentimiento de culpa estremecido junto al primer placer del cuerpo.
Después de todo, la vida no es sino una sensación que se extiende sobre las formas de las cosas que uno ha amado.
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FOTOS DE FIESTA, Y UN ANECDOTÓN.
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FOTOS DE FIESTA, Y UN ANECDOTÓN.
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