Lo cuenta en su libro Hotel Nirvana Manuel Leguineche.
El Hotel Danieli es un cinco estrellas de lujo que esta en Venecia. Fue un lugar para tumultuosas pasiones, como la que tuvieron D'Annunzio y Eleonora Duncan, su musa durante catorce años.
D'Anunnzio adoptó un pez de colores que pertenecía al Hotel . Lo bautizó con el nombre de Adolfo. Le daba conversación, hablaba con él, le consultaba. Cuando estaba fuera de Venecia escribía al director del Hotel y preguntaba , "¿qué tal está mi querido Adolfo?".
Tiempo después murió Adolfo y el director lo echó a la basura.
Casi a la misma hora se recibe un telegrama del poeta que decía "algo me dice que Adolfo no está bien".
Respuesta del director: murió ayer.
"Entiérrenlo en el jardín. Preparen su tumba", telegrafió D'Anunnzio.
El director compró una sardina en el mercado, la envolvió en papel de plata y la enterró en el jardín con una cruz y un epitafio que decía: aquí yace Adolfo.
Cuando llegó el novelista al hotel fue raudo a la tumba, depositó un ramo de flores, y lloró desconsoladamente.
La historia la conocemos por Isadora Duncan.
Esta mujer tuvo un final trágico, en Niza.
Subió a su Bugatti y al despedirse de sus amigos dijo:
- Adiós , amigos, camino hacia la gloria.
Llevaba un pañuelo rojo al cuello, se le enredó en la rueda del coche, y estranguló a la bailarina.
Así es la vida.
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