lunes, 1 de agosto de 2016

QUÉ SERÁ DE TI?

Muchas  veces  me duermo pensando en Manuela y en una frase  que me dijo  en la plaza de Arroyo de la Encomienda días después de  diagnosticarle ELA: “¿qué será de ti?”.

Me conocía bien y me veía  desvalido, como un gato hurgando  papeleras. Le contesté  una chorrada. Hoy sé  a  qué  se refería.

A varias de sus íntimas les  pidió  que  me siguieran de cerca. 

Antes de dormir  con frecuencia  me asalta  la imagen de aquella rubia con la que un día de primavera, en la terraza  del Otelo,  rompí  todas  las  cadenas , quemé  las naves, y  nos comimos a besos.

Entre sueños  la  recuerdo  desapareciendo  en la esquina  de  la calle Mantería con plaza España, a las tantas de la madrugada, y le grito un “¡¡¡¡te  quieroooo!!!”  que  cruzó   la noche.

Ella  contestó “¡¡¡yo tambiéééénnn!!!”.

Esta imagen me  viene acompañada por la música de la canción “Contigo en la distancia”, que se la regalé cantada a capela el día de nuestra boda.

Permaneció  abandonada  en el sueño y ahí siguió sonando el  eco de ese  “¡te quiero!”  junto con la canción  Contigo en la distancia. 

En ese  momento mi  cuerpo dormido está  unido a la existencia humana, tal como la entendemos. 

“¿Qué será de ti”?, me preguntabas  aquella mañana. 

Manu, mucha gente  fallece  mientras duerme . Si eso sucediese  ahora mi estado no  sería  un túnel negro sin salida. En mi  cerebro brillaría aquella luna  radiante de aquel día de junio , lleno de besos con sabor a   cervezas. 

Dicen  que  de los cinco sentidos corporales el oído es el último que pierden los muertos. Si ahora muriese , en mi  cerebro seguiría existiendo aquella noche  maravillosa de primavera. Tú  llevabas  las mejillas encendidas y  ese  brillo  que  se  te ponía en  los ojos  cuando reías.

Me  encontrarían  frío mañana por  la mañana, y vendría un juez a  certificar  mi defunción. En el depósito de cadáveres había un silencio absoluto. Pero en mi  interior  habría una calle que reflejaba las  farolas y una   rubia caminando  tan feliz y tan campante Una rubia  que me amó como nunca nadie antes  nadie lo había  hecho. 

Y en el silencio del sótano comenzaría  a oírse  tarareando mi corazón “Contigo en la distancia” .

Sí, Manu, yo también me  pregunto  a  veces  “¿qué será de mi?”. Sin embargo, sé que andas  muy cerca.
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2 comentarios:

  1. De todas las chorradas que has dejado que escriba en El Barullo, solo hay dos de las que me siento muy orgulloso. Una fue una Navidad que me dio por hacer unos versillos para Manuela, que no se si llegó a leerlos. Y la otra fue un ofrecimiento para hacer de taxista gratuito por mi pueblo, Madrid, cuando os tocó ir de hospitales.
    No tuve la oportunidad de conocer a Manu, pero a veces me imagino conducir mi Volvo y llevarla junto a tí a través de la ciudad, y abrirle y cerrarle la puerta del vehículo con mi famoso estilo internacional a lo James Bond.
    Ella se sorprendería de que un seguidor de tu blog hiciese de taxista, y tú le dirías al oído que soy un cuentista, y yo sería discreto y atento; tan solo al final me despediría con un "fue un placer, señora".
    Y todo sería verdad y yo me hubiera sentido de puta madre.
    ...
    Cuando falleció me dio por sentir que algunos de mis muertos más queridos, en especial mi abuelo Emilio, la acompañarían en el cielo en esos primeros momentos de despiste. Y que mi abuelo le abriría las puertas del cielo y la acompañaría de forma discreta con un " un placer, señora ".
    He escrito mucho por aquí, la mayoría de las veces embustes, cuentos y medias verdades.
    Pero en este caso fue verdad, y me siento orgulloso de ello.
    ¡Qué carajo !
    Muy orgulloso.
    ...
    Al menos por una vez, mi cuento fue tan cierto como que hay un Dios.
    Y que cuida de los nuestros.

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  2. Los que os hemos conocido, te entendemos.
    Los que no os han conocido os descubrirán.
    Verte absolutamente iluminado por es rubia felíz, sincera, honesta, amiga, descarada, deslenguada, .... persona.
    Unas cañas por manuela

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