No existe el amor, ni la inteligencia ni la bondad, ni la belleza , ni la justicia.
Existen personas personas enamoradas , algunas inteligentes, seres humanos bondadosos o justos , y que hacen acciones que llamamos bellas.
Los valores universales son pura abstracción , ideas que los filósofos clavan en la pared como insectos disecados.
Tampoco existe la vida, sino seres vivos . Ni la muerte, sino los muertos. Cuando se extingue una persona que amó esta vida y su gente desaparece igualmente una parte de ese amor . Su alegría formó parte de lo minúsculo y de lo imprevisible. Un martillito de luz golpeando el bronce de lo real. Y esa alegría, ese amor, permanece. Hay un pasadizo entre lo visible y lo invisible. Está en el otro lado de la ventana por la que nos llega un poco de luz.
No existe la humanidad. Existen siete mil millones de seres humanos concretos y entre ellos están los que el azar ha colocado a tu lado. También los que has elegido a través de sus obras o de sus virtudes para ser admirados. O no, quizás no supiste elegir y tuviste la mala suerte de rodearte de mala gente.
A uno le han desaparecido en su vida unas cuantas personas que me ayudaron a ser mejor persona, a creer que este mundo no es un territorio absolutamente miserable. Se fue Santi, Andreu, Carlos,Manuela gente en las que podía apoyar la palanca cualquiera que tratara de vivir con un mínimo de dignidad.
Yo así lo hacía. En estos tiempos de basura convulsa me bastaba con pensar cada mañana que ellos aún existían para creer que no todo estaba perdido.
Siempre se suele decir lo mismo: nos dejan los mejores . Pero no es así. La verdad es antes de dejarnos, como en las carreras de relevos, nos entregaron el testigo y nos dijeron en el último suspiro "¡ sigue, adelante!".
No existe la muerte, sino los muertos. A partir de ahora tendré que buscar un punto de apoyo en otra persona. Alguien que me quiera, y que yo ame . Que me ayude a ser mejor persona . Que me diga como mi padre " a veces se te notan las ganas de ser mejor". Sólo eran "las ganas", ¡pero cómo me animaban esas palabras!.
Alguien en quien apoyar la palanca. Y que no me deje en la estacada por celos, orgullo,o porque soy un desastre.
No sé donde estará, ni si existe . Si no, tendré que imaginarla.
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