lunes, 19 de septiembre de 2016

UN DÍA MUY ESPECIAL.

En el templado final del verano  éste es un día muy especial. Seamos  felices.

Ayer  probablemente  fuiste  la mujer más feliz de la Tierra. Después de tantos años de lucha  y entrega, sola, viste casar a tu hijo. Te  imagino radiante. Porque los  que hemos tenido  la suerte de conocerte  enamorada sabemos  como brillas en ese  estado.

Te gusta  mucho  fotografiar  nubes. La  más humilde de ellas   atravesada  por los rayos del sol se viste de colores de ensueño y de infinito.  Nos habla de nostalgia, de una  imposible belleza. Cuando el sol  se  oculta,  ese  blanco algodón   no es  más  que una mancha oscura.

Y es cierto que sólo es  una nube , pero el resplandor del sol  era verdadero. Todas las horas de amor a tus hijos  han sido de sol. Por   esa razón  hoy me  gustaría   verte, tan feliz  y  tan campante.

Eres de esas  mujeres  que  nunca se lamentó por lo que no tenía.Vives un sentido de la vida arraigado con los pies  en el suelo. Siempre supiste que lo que más falta  te hace es lo que ya poseías. Y tu mayor  riqueza  fue vivir  con lo puesto. Entendías, y así educaste a tus hijos, que no necesita más  el pan el que tiene hambre, sino el que lo vomita.  

Que tan   privado  está de amor el  chico  que está esperando a su princesa, como  el vicioso que corrompe  todo  lo  que  toca.  

Has sabido  ver  el brillo de la belleza  que se esconde  en cada cosa. Por esa razón, hoy  serás  la mujer más feliz de la Tierra.


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