En el templado final del verano éste es un día muy especial. Seamos felices.
Ayer probablemente fuiste la mujer más feliz de la Tierra. Después de tantos años de lucha y entrega, sola, viste casar a tu hijo. Te imagino radiante. Porque los que hemos tenido la suerte de conocerte enamorada sabemos como brillas en ese estado.
Te gusta mucho fotografiar nubes. La más humilde de ellas atravesada por los rayos del sol se viste de colores de ensueño y de infinito. Nos habla de nostalgia, de una imposible belleza. Cuando el sol se oculta, ese blanco algodón no es más que una mancha oscura.
Te gusta mucho fotografiar nubes. La más humilde de ellas atravesada por los rayos del sol se viste de colores de ensueño y de infinito. Nos habla de nostalgia, de una imposible belleza. Cuando el sol se oculta, ese blanco algodón no es más que una mancha oscura.
Y es cierto que sólo es una nube , pero el resplandor del sol era verdadero. Todas las horas de amor a tus hijos han sido de sol. Por esa razón hoy me gustaría verte, tan feliz y tan campante.
Eres de esas mujeres que nunca se lamentó por lo que no tenía.Vives un sentido de la vida arraigado con los pies en el suelo. Siempre supiste que lo que más falta te hace es lo que ya poseías. Y tu mayor riqueza fue vivir con lo puesto. Entendías, y así educaste a tus hijos, que no necesita más el pan el que tiene hambre, sino el que lo vomita.
Que tan privado está de amor el chico que está esperando a su princesa, como el vicioso que corrompe todo lo que toca.
Has sabido ver el brillo de la belleza que se esconde en cada cosa. Por esa razón, hoy serás la mujer más feliz de la Tierra.
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