De vez en cuando me visita el insomnio.Despierto a las dos de la noche y ya no consigo pegar ojo.
Ayer a a las cuatro de la madrugada salí a ar una vuelta por sant Cugat. La ciudad es muy distinta a esas horas, y no había un solo superviviente en el paseo que hay desde el Monasterio hasta la estación de Ferrocarriles. Caminaba por una calle estrecha e iba absorto pensando en las cosas de la vida. Escuchaba mis propios pasos . Pasé al lado de unos contenedores de basura, que levantaban una sombra aguda en la esquina. Arriba estaban las frías estrellas de septiembre ; abajo todo el mundo dormía, incluso los cocodrilos que durante el día se alimentan de los los Ñus en nuestro particular Serengueti.
Cruzaba las calles desiertas sin pensar en nada ni en nadie. De repente, en medio de la soledad oí el canto de una mujer. A guitarra interpretaba una melodía francesa. Era la Chanson des vieux amants. Es la historia de los viejos amantes que a fuerza de ternura y complicidad van reemplazando la primera pasión amorosa. Seres que al final de sus vidas se siguen amando y perdonando las debilidades del otro.
La voz salía de una ventana abierta en un tercer piso. En la oscuridad aquella melodía bajaba al asfalto desde el cielo después de percutir con sus notas la vida apelmazada Me quedé escuchando absorto, insomne. Con los ojos abiertos a las tinieblas, y el oído atento, recordé otras vidas conmigo , otros amores que no fueron porque no supimos perdonarnos. Y el gran amor, Manuela, que se fue volando perdonándolo todo.
Hoy pregunté en el portal de la casa a vecinos que salían , o regresaban, por esa mujer que cantaba en francés. Me miraban como si estuviese loco. Nadie dio una respuesta .
No creo que el milagro se repita.
Con el tiempo me sorprenderé pensando otra vez en las cosas de la vida, en las visitas profesionales , en la jubilación , en el rostro de una amante lejana, mientras pasee por los contenedores de basura que reflejan la luna y las estrellas a través de un espejo roto .
AQUÍ: ESTUDIO RADICAL: EL ÁLBUM DE FOTOS
A mí me pasa lo mismo. Se lo conté al médico y le llama "amputación matutina del sueño".
ResponderEliminarLo busqué por internet y solo he encontrado gente que sueña con amputaciones. No sé si me entendió bien.
Una vez me pasó que un vecino me abroncó por tener la música muy alta durante la noche. Yo había estado durmiendo desde las diez hasta las seis, no había escuchado música y menos a toda mecha. Creo que fue un aparato de reproducción nuevo que había comprado. Se puede programar y probablemente se puso en marcha solito y se apagó solito, sin que yo lo supiese. El vecino tuvo una reacción muy diferente. No sé qué sonaría...
El relato de hoy recuerda a esa historia que se cuenta sobre la génesis de "Claro de luna", la hermosa sonata para piano de Beethoven. Se cuenta que, dando un paseo nocturno, Beethoven escuchó una interpretación de unas de sus obras para piano que sonaba en la noche desde una ventana abierta. Impresionado por la interpretación, e impetuoso y arrebatado como él era, irrumpió bruscamente en la casa para conocer al pianista, que resultó ser una muchacha ciega, que evidentemente no podía reconocer al visitante. Se cuenta que en ese momento tuvo la inspiración para la sonata.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=O6txOvK-mAk
La historia de "Claro de luna" más por extenso:
ResponderEliminarhttp://www.pianored.com/musica/2007/09/22/leyenda-clarodeluna/