martes, 23 de abril de 2024

CUANDO LAS RUINAS FORMAN PARTE DEL VIAJE.

Un amigo me envió esta foto. Son los bancos del Colegio Mayor Monterols esperando a ser recogidos en la calle, junto a otros trastos viejos, por el ayuntamiento de Barcelona.


Me produjo un algo de tristeza, de  nostalgia , de un ayer que conocí muy bien, hoy en ruinas.  Me ha dejado jodido esta fotografía. No son los sólo los bancos de un oratorio en el que recé, me dormí, me aburrí, lloré, temblé, canté, también los madrugones, las ceremonias, las penumbras que provocaba  la luz de un flexo, las meditaciones soporíferas y anodinas de la mañana de un cura que, probablemente, padecía Asperger. Y las  personas con las que allí conviví. 


Cuando uno quería ser bueno y santo.


Monterols , entonces no me daba cuenta , era una especie de buque Escuela de la Marina , como un Juan Sebastián Elcano, o un West Point ,   que te acompañará para siempre en el futuro. Veo esos bancos allí, esperando en la calle , anónimos e indiferentes, y me duele el reflujo de los recuerdos y la nostalgia que reside en ese  lugar y  las personas que lo habitaron. 


Y parece que todo aquello fue una mentira. ¿ Lo fue? 


¿Eran falsos los de Dou, los Artigas, los Miralbell. los Boza, los Riocabo, los Cremades, los Font...?  


En una película "Come , raza, ama..."  se pregunta el protagonista hablando de la ciudad eterna, cómo podía haber imaginado Augusto, el primer gran emperador de Roma, que lo que para él significaba el mundo entero acabaría un día en ruinas.  Y es verdad que la capital italiana ha ido creciendo alrededor durante siglos y, como resultado, ese lugar silencioso y casi sagrado se ha convertido, entre todo el bullicio y las consecuencias del paso del tiempo, en una bella herida. Y es que las ruinas no tienen por qué tener una connotación negativa. 


¿Qué hay más bello que un castillo?...las ruinas de un castillo. 


Pero en esta instantánea  no hay ruinas. No hay nada. 


Porque, al fin y al cabo,  todo lo que sigue en pie siglos y siglos,  allí está , perdurable e inmutable.  Ese eco del pasado que se proyecta en el presente y que se augura que seguirá reverberando en el futuro. 


Ni siquiera siento decepción. Porque este final no lo esperaba nadie, tan cutre y rasposo como un velcro.  Esta fotografía es lo menos opus dei que  pueda pensarse. Una fotogenia fatal, conmovedora, un fraude que no se quiere reconocer. Recuerda a ese personaje del Irlandés, Frank Sheeran , un pobre hombre al servicio den una causa , con una fidelidad de perro, que obedece y ejecuta. Ese hombre que  se nos presenta patético en su arrugado y ajado rostro  y gestualidad, reumático, artríticos, enjuto, desdentado, comiendo alimentos blandos, jugando a la petanca. 


Un final melancólico, nostálgico agrio, donde uno debe recoger los frutos de lo que ha ido recolectando, y allí Frank se encuentra frente al vacío, intenta curar heridas sin éxito, la muerte es un ente cercano al que se espera con dignidad , pero sin satisfacción alguna. 


Esta imagen es unan metáfora que pone los pelos de punta, incluso los de los brazos.


Tal vez he caído, a ver esta foto, en el síndrome llamado trastorno del viajero nostágico. Ese que  experimenta una gran desilusión al volver a un sitio en el que un día se fue feliz y, al regresar a ese Colegio Mayor , esas   calles un día amadas, notas que han cambiado. ¡ Pero, joder! , ¿unos bancos de un oratorio en la calle? 


Uno, que es un sentimental de tomo y lomo,  busca cuando pasea por su Zaragoza de la infancia, por esa Barcelona del ayer,  la sensación de volver a los mismos espacios y esperar que fueran inmutables y perennes como las hojas de los pinos, o encontrar en ellos un portal hacia otro tiempo, una vía rápida para trasladarse a entonces.  


Para mi en eso está la gracia: las personas suelen sentir predilección por los imposibles. Pero, ¿ esto?


Para los románticos empedernidos  como yo el olor de esas velas en aquel oratorio, la oscuridad de las meditaciones, los cantos  gregorianos , el aroma del incienso, el cabrón de Dou tocando las palmas, y los cojones, para que llegásemos puntuales, el dolor de las articulaciones después de horas rezando de rodillas , todo eso  se quedará para siempre en mi memoria.


La ruina de un oratorio de Monterols  fantasma se sigue sintiendo, aunque ya no esté.  Soy de los que piensan - el que lee el Barullo ya lo sabe-  que los sitios y las personas que se aman siempre regresan, aunque sea de un modo distinto a como sucedieron  en el pasado; vuelven de un modo diferente. 


También sucede que, en ocasiones,  vuelven a umo de un modo imprevisto y desconcertante.  A su manera.


Con todo, la imaginación, las ruinas,  también forman parte del viaje. Fueron sitios que uno amó. Y quiso ser bueno, y santo. 


Por eso me jode tanto ver esta fotografía.





38 comentarios:

  1. Jobar, me ha impresionado hasta a mí, y eso que no tengo nada que ver...

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  2. Yo los hubiese dejado discretamente detrás de la puerta donde entran los coches para que los recojan, así los viandantes no ven este lamentable espectáculo.
    Como están aburguesados se quejarían de no poder aparcar un día por la tarde en el jardín y les obliguen a buscar aparcamiento; motín en Monterols (bonita aliteración).
    No me imagino que los hayan dejado en la calle para que el Ayuntamiento o las espigadoras -hay una modalidad motorizada, que van con camión, se paran delante de un contáiner (todos los conductores que van detrás cabreados hiperventilando, sobre todo si la calle es de un carril), se tiran dentro del contáiner, sacan cosas y continúan su camino (también recogen muebles, sustituyendo al servicio del Ayuntamiento que lo hace semanalmente). Está controlada por marroquís; los que van andando con carrito del súper son los subaharianos de color, la infantería.
    Como no pongan un centinela se los mangan fijo. Ponte a discutir con un espigador marroquí.
    Más que nada por no hacer el ridículo, porque ver esto es un símbolo de decadencia. Se puede hacer de todo menos el ridículo.
    Unos bancos de oratorio en la puta calle ("Sancta sancte tractanda", decía nuestro Fundador). Por lo menos pon un confesionario y una cartelito aclarando que es una valiosa obra de arte contemporáneo que envían a un Museo de Arte Moderno. Yo añadiría unos candelabros y una estola. Título: "Decadencia de una Prelatura: cuanto más subes, más dura es la caída".

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    1. "Sancta sancte tractanda",

      Buen título para la entrada de hoy.

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    2. Sanyi, no me joda que ha escrito Usted hoy una palabrota.

      ¡No me joda Sanyi!

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  3. Me niego a pensar que fuera para recoger el ayuntamiento pues se de varias parroquias que lo necesitarían para sus iglesias. O esperaban un traslado... me cuesta mucho pensarlo, que diría la familia que lo pagó en su día?

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  4. Recuerdo que cuando desmontaron el estadio Vicente Calderón, del Club Atlético de Madrid, enviaron a los socios la butaca que habían ocupado con su abono. No las tiraron a la basura.
    Un amigo forofo la tiene en casa y cada vez que ve un partido del Atlético por la tele se sienta en la butaca, a pesar de que el sofá sea más cómodo. Noblesse oblige.
    Podrían haber hecho lo mismo con los bancos, que a cada ex-abonado residente le envíen por lo menos un trocito. Como lo de la Santa Cruz, que hay trocitos por todas partes.
    La próxima vez me lo dices en tiempo real y voy con el Volvo de mi mujer. A mí me interesaría un reclinatorio para poner delante de una figura de San Pancracio que me han regalado. Te podría haber enviado algo a ti también, hombre.

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  5. El hundimiento del Titanic no es nada en comparación a esto

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  6. Convivir con las hermanas de los chicos de tu lista me vino muy bien. De lo contrario yo sería hoy como un Junqueras con faldas. Qué pena que las mujeres no tengamos a nadie que relate aquello.
    Pétalos de rosa

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  7. Jodó petaca! Qué imagen dan a vecinos, miembros y exmiembros.... a estas alturas de la película les importa todo un güevo ...

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  8. Pero ¿el Monterols se está cerrando, o solo cambian parte del mobiliario? Si sigue funcionando, igual estos bancos tienen carcoma avanzado, o han (o les han) comprado otros modernos. Produce nostalgia verlos en la calle a los que tenéis vivencias que los incluyen, pero al resto de personas solo pueden darles algo de curiosidad, nada más.

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  9. A mí me gusta al pasear acercarme a colegios o casas en las que viví hace muchos años.
    E (imaginarme) que... dentro de la casa todo sigue en aquella época, con las mismas personas y tan jóvenes como entonces.
    La puerta es un túnel del tiempo... Si miras la casa desde fuera...nada estas en la época actual, mirando la casa desde fuera.
    Pero....si osas entrar...dentro de la casa está mi difunta abuela cosiendo y todo como en aquel tiempo. Y uno si entra...vuelve a ser también aquel niño que fue.
    Y cuando sales, vuelves a estar en la época actual y continuas tu recorrido por las casas de tu pasado.

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    1. Y quien dice casas, dice colegios, clubes... Hace poco pasé por la calle Herzegovino e imaginé lo mismo... que si entrara en el antiguo Hz... dentro estaría el Suso de los años 80, y demás gente cantando, etc.

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  10. La verdad es que se están echando a perder.

    Se me ocurre que podrían haber contado con algún supernumerario carpintero- yo conozco uno muy bueno- y haber pasado esos bancos por la serrería y dejar aquello convertido en serrín. Después unas agregadas lo introducen en bolsitas, con un cartelito " Reliquia de Monterols". Luego ya o se comercializa ( por ejemplo a los ex del Colegio Mayor se les entregaría -con bendición men sana in córpore in sepulcro del director de la DLB por el módico precio de 5 euros la bolsita de serrín

    O se regala.

    Con los reclinatorios de terciopelo rojo haría una subasta. Eso es caza mayor. Allí pusieron las rodillas, y el culo gente muy principal. Y colocaría un cartelito , algo así como " AQUÍ PUSO EL CULO DE DOU, DIRECTOR LOS AÑOS TAL - CUAL. Y REZÓ INSISTINTEMENTE POR LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA. LLOEM AL SENOYR ALESHORES DALLÓ MES BÓ!

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  11. No solo de Dou. El Font predicó en ese oratorio. Entrecerrando los ojos como si viera a través de nuestros cuerpos serranos y con esas pausas medio místicas medio comisario de la Stasi que te ponía los huevos como uvas pasas porque el tío lo sabía todo, hasta nuestros más ocultos pensamientos. Luego, con una decisión de cirujano, ni corto ni perezoso, tomaba decisiones que te desgraciaban la vida y los proyectos que tuvieras.

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  12. No habrá iglesias y ermitas en España que los podrían haber utilizados! ¡Cómo van a su bola ¿dentro? de la iglesia!
    Y la pobreza? Bien, gracias!

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  13. Lo que ya no les sirve, lo deshechan. Los bancos lo ponen claro claro. Y se ven de madera y de ejecución fantástica y en buen estado (esquinas, etc)

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    1. Si solo desecharan bancos de oratorio... lo penoso es que desechan a seres humanos que han gastado su juventud, 20...30 años, allí... y al hacerlo, algunos se quedan tan anchos...

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    1. Pero bueno, estamos aquí con temas serios y de nivel y aparece el notas este con pinta de brasas, como de muñeco de tarta de novios. Así no, coño, así no.

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    2. Suso, siempre estuviste en el grupo de los enchufados del capo de Monte (y luego del Pija), entonces ¿a qué se debe tanta animadversión?

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    3. ¿Animadversión?...caramba, qué bien habla usted. Así que "animadversión". Vaya , vaya , usted por lo menos ha estudiado en Viaró , y con el señor Conde.

      Animadversión. Joder, qué nivel,

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    4. La tuya es una animadversión un tanto atípica, que en la praxis se desliza por un cierto diletantismo.

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  15. No son más que bancos...

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    1. Vaya, ya salió el equidistante. El típico tío rollo MBA que se pone una foto así como de tío listo, con una mano en la barbilla y una estantería detrás con muchos libros.

      Y dice, así como dándoselas de profundo que " no son más que bancos"... pero usted, a quién quiere engañar.

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    2. Esos bancos se van a Torreciudad.

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    3. Sí, hombre, para que se los lleve el obispo de Barbastro.

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  16. Solo verlos y me da sueño. La de cabezadas que me aguantaron esos muebles. Creo que en justicia los deberían poner en una subasta…

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    1. Cabrones, dónde están esos bancos24 de abril de 2024, 0:41

      Cierto amigo, pero si los ponen en subasta, yo vendo todo cuanto tengo ...

      Jamás dormí tan a gusto.

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  17. Tapicero de la calle Atenas que factura en negro24 de abril de 2024, 0:22

    Ya me disculparán Ustedes, pero es que ando con mucha faena y también me se jodió la furgoneta.

    Ahora dicen que quieren que retapice los genuflexorios de color verde-oliva, cuando el tejido de color dorado que les puse hace 30 años sigue estando de puta madre.

    Mañana los cargo y los tapizo, joder, no hace falta que se me pongan así.

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  18. Ya los restauró el siglo pasado el señor Mariné que era como Geppetto con la madera.
    Todavía recuerdo mi pensamiento al poner por primera vez los pies en ese lugar: qué coño hago yo aquí. Y pasaron los años...menos mal que estaba un tal Suso para amenizarlos

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    1. ¡ Buena memoria!, ¡ el señor Mariné!: respeto gordo. Oír ese apellido y me he puesto de pie. Inclinación de cabeza e incensario con tres tirabuzones con ruiditos de cadenas al choque, y virutas de humo cabe él.

      Un santo.

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  19. A ver, en general las cosas no son ni tanto ni tan calvo, ni esto ni aquello, ni aquí ni allí, ni ahora ni después. El equilibrista no cae porque pisa la cuerda, el punto medio.

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  20. Me parece mal, Suso que hables tan mal de ciertas personas. No sé qué te habrán hecho. Además eres libre y es tu blog. Pero leí hace tiempo un libro de Maria Vallejo Nacerá, Entre el cielo y el infierno, que relata historias de las almas del purgatorio. Hay un alma que de tanto criticar y despotricar su purgatorio era un clavo en la lengua. Para pensar... Además, tu no eres hermano de Chema???? Que se note

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    1. Como imagino que sé quién es, y por respeto a mi hermano , que le quiere mucho a usted, me voy a callar. Arregle sus cosas que yo arreglaré las mías.

      Además , sobra Vallejo Nájera como argumento de autoridad. Y el purgatorio.

      Y ahora le voy a decir una cosa que le sorprenderá: a mi esas personas que cito, todas, me caen muy bien. Eso no quita que las critique, ¡por supuesto que lo hago!

      Lo mismo que me critiquen a mi.

      Y, por último, ojalá descubra la verdad de su vida. Le animo, así se lo digo, a calzón quitao, a que mande a la mierda a su mujer.

      No tenga miedo, se irá al cielo, usted, y ella.

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  21. Es el declive del opus

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