jueves, 19 de agosto de 2021

EL BRILLO EN LA MIRADA

Muchos brillos tiene la mirada, pero hay tres que el que los ha visto, o ha padecido, no olvida: el de la lujuria, que es lúbrico , baboso. Lo conozco bien, pues lo he visto en mi. 


El de la codicia. Enfermizo, febril, devorador.


El del fanático. A esta mirada le consume la ira de Dios, de la que piensa es portador de su mensaje.


En Viaró conocí muy bien estos dos últimos. 


Fanático fue uno de sus directores, que confundió un colegio con un Monopoli de "Alló mes bó i allavores "a mayor gloria del Molt Horinapla. Y así le fue. Y así nos fue.


A san Josemaría no le gustaban nada  los fanáticos.  Incluso decía que ni siquiera del Opus Dei, ya no digamos de Viaró.."no odia,  sabe comprender, no es fanático, está por encima de los instintos , es sacrificado, manifiesta  sentimientos de paz, ama...".


Hacía una excepción. Las madres, o esas mujeres que pueden con todo, que se atreven a todo porque son forofas. Las dsisculpaba.


Yo también. Me caen muy bien. Mi madre es así.


Y, ya que estamos, yo también amo Viaró. Mucho. Muchísimo. Pero entiendo que no todo el mundo esté de acuerdo.



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