viernes, 6 de agosto de 2021

LA LEPRA DE LOS CODICIOSOS : DOS HERMANOS.

Los dos hermanos habían probado la droga de la que no se regresa nunca  inocente: la codicia.


Probablemente inyectada en vena por su padre.


En el evangelio salen muchos leprosos. Todos llevan una campanilla que avisa al que se acerca de su condición leprosa. A la campana de  estos dos les sonaba el badajo desde muy lejos. Y estos que me refiero , ¡ ay!, no se daban cuenta que el badajo golpeaba como a bueyes. 


Los hermanos se perfumaban, se cambiaban las vendas mañana y tarde, y trataban de que su condición enferma pasara desapercibida...pero, ¿ a quién querían engañar?  La lepra de la codicia es enfermedad crónica . El brillo de sus ojos les delata. El querer comprar la voluntad de Dios con limosnas:


- Dios mío, rezaba uno de los hermanos, te prometo que  si me concedes este contrato  daré en limosnas el 10% de los beneficios del primer año...después de impuestos, claro.


Este lepra de la codicia tiene, como todas, efectos letales para el alma del enfermo:  disminución de la sensibilidad al tacto, al calor o al dolor...de  los demás. Pero ellos no son conscientes. Sordos incluso al sonido de su campanita.


También en el Evangelio se habla de leprosos que desde lejos se dirigen a Jesús pidiendo su curación. Era así porque no podían acercarse por ley a la gente. Tenían que pedir a gritos su curación. 


Una cosa que aprendí de los ricos es que no gritan. Les da vergüenza mostrarse así delante de la gente. La verdad es que casi nunca serán  de verdad sinceros consigo mismos mientras no comprendan  que el egoísmo y el orgullo están en el origen de la mayoría de sus actos. No se reconocerán enfermos.


"Tienes la lepra de la codicia" : esta debería ser la divisa que, colocada en el salvapantallas de su despacho, les alertara de su verdadero mal.



 

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