jueves, 5 de agosto de 2021

UNA VIDA DE CINE.

El cine ha moldeado mi forma de vivir, ¡ y de qué manera!


De bien pequeño veía una película y al salir quería ser Jerry Lewis, Louis de Funnes, Cantinflas, o cualquiera de los malotes que , ¡ cosas de uno!, siempre me han atraído. No hablo de mujeres, que me pierdo. La actriz que hizo de Popea en Nerón , Patrcia Laffan- ¡ qué mujer!- me volvió loco. ¡ Lo que hubiese dado por ser ese leopardo en su regazo.


Y me decía " ¡eso lo haré yo!". Y vaya si lo hacía. Hacer de la vida una buena película, o mala, o lo que sea, pero hacer  escenas de  las cosas que pasan . Y verlas mientras suceden como un espectador de mi propio rodaje.


Así fue, así es, y así será. Canto como en  el cine, beso como en el cine, río como en el cine, lloro, y rezo, y peco. Para mi la divisoria entre locura y sensatez está  clara de partida. La primera viene encarnada por un tipo inmaduro, soñador, con el cerebro fundido por el cine, la literatura, la ficción. El buen juicio me acompañaba en forma de gente que, no sé cómo,  vino conmigo.


Que nadie me diga nada. A los sesenta y tres años el arbolico ya no se endereza. La frontera entre la razón y la locura es porosa, y el que piense que puede encauzarla, allá él. Tengo muy claro que todo lo que vale la pena llevarse de este valle de lágrimas son los buenos momentos disfrutados.


No me engaño. Sé que hay una corriente subterránea de lágrimas circulando en las raíces de toda vida. 


¿Quién no ha enloquecido viendo algunas películas hasta el punto de tomarlas como referencias y, en algunos casos, imitarlas? Y sacrificar la seguridad de la vida  a cambio de seguir un ideal que - ¡hoy lo sé!- era más cinematográfico que real. 


No me hice del opus dei por sentir una vocación, sino porque allí pude vivir unos ideales de película que nadie más me ofreció. Yo no que ría ser santo, quería mi película. Y a mi manera.


Así me fue.


Después han venido más películas, más guiones, más libros, y más personas con las que compartir esta vida inventada. Esta vida que con frecuencia rememoro y miro desde la butaca de mi imaginación....y, en fin, no siempre la trama  es divertida, ni ejemplar, a veces es patética, bien triste y ridícula, y grotesca.


Pero , eso sí, entretenida.




1 comentario:

  1. Tuve la suerte de estar contigo en la cerdanya un par o tres de veces y solo recuerdo lo mucho que nos reímos! A carcajada limpia. Risas de las buenas, las que no se olvidan. De esto hace ya casi 30 años!

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