martes, 14 de septiembre de 2021

AL MICROSCOPIO.

No lo sabemos, pero si nos acercáramos de puntillas y mirásemos por la cerradura de  las biografías de  los demás   se nos pondría  la gallina  de piel.  El amor nos engaña. El amor siempre anda prometiendo lo que no puede cumplir. Porque nos hace creer que todo está unido: vivos y muertos, niños y adultos, animales y seres humanos, hombres y mujeres, sueño y realidad, pero eso no es cierto: el mundo solo es una colección de fragmentos imposibles de conciliar entre sí, partes sin un todo.


Al final  resulta  que  la pasión es un espejismo, y  siempre  nos  resultan más bellos, más intensos, más coherentes, los amores ajenos  antes  que  los propios.

De     nuestras  biografías conocemos la aspereza de  lo cotidiano, el aburrimiento, la rutina. Y  pensamos que ese hombre tan  simpático, esa mujer encantadora y divertida, son maravillosos. Y son tan coñazos como nosotros. 

La pasión  del prójimo soporta muy bien el artificio y  el  embeleco.

Pero  cuando aproximas el  microscopio enseguida aparece, como  en esa  gota de agua  que observábamos  por primera vez en  el laboratorio  de biología en el colegio, un raro hervor de bichos, algunos  monstruosos, otros bien feotes , incluso  letales.

________

Nuestro odiador sigue Raca raca raca... Un tipo digno de su nombre es aquel que sabe por qué lucha, junto a quién lucha y con qué medios lucha: pero un tío que solo tenga claro el contra quién nace enfermo desde el útero.

Yo sólo soy una excusa: alguien que pasaba por allí. 


2 comentarios: