sábado, 25 de septiembre de 2021

UNA ÚLTIMA MIRADA AL CORAZÓN QUE ESTÁ ARDIENDO.

 A veces me doy cuenta, ¡ y de qué forma!, de mi condición de hombre sesentón.


Aunque salgo a diario, y disfruto de la naturaleza, de la música, de la vida y del amor, lo físico de vez en cuando se hace presente en el sexo, en la forma de andar, de mirar, de pederse, en la dentadura...


Siempre llega un momento en el que uno ve que no es inmortal. En fin,   darse cuenta es ya un éxito. Al contrario de lo que pueda parecer, significa que no te has muerto. Pero sí que te estás muriendo. 


Me miro al espejo y descubro el cansancio. 


Insisto, estoy disfrutando de una jubilación maravillosa. Cualquiera que me siga en FB alucinará. No paro. 


Pero hay muchas cosas que ya no me importan. La política no me importa, muchas historias que leo no me interesan, la vida  de los otros me cansa. 


Y vivo una cierta rebeldía gracias al virus y a los confinamientos , periféricos o no, que me salto , como de chaval me colaba en los cines, en el autobús,  burlaba vigilancias de profesores.


Este juego es lo único que me anima en esta vida. Tengo  ganas de rebelarme y eso me divierte.


En el evangelio, Lucas (17:32) cita la advertencia de Jesús: «Acordaos de la mujer de Lot». 


Esta señora y Lot fueron los únicos elegidos para dejar atrás Sodoma y Gomorra. Las dos ciudades fueron destruidas por Dios, Nuestro Señor, mediante una lluvia de fuego y azufre, según Génesis. El caso es que a ellos dos los salvó solo con una condición ridícula, absurda. Nada más pidió: «No miréis atrás». Pero ella lo hizo, y el Señor la convirtió en sal. Estatua de sal. 


De crío e esa señora me daba mucha lástima.  Hoy tiene toda mi simpatía. ¿Por qué darse la vuelta si el castigo era terrible?


¡Ay, qué bien la entiendo!....yo también hubiese vuelto el rostro si supiese que en esa ciudad ardía el corazón que hubiese amado. Si, por ejemplo, fuese una Manuela de mi vida pasada. Sí, me giraría y a la mierda con todo.


Probablemente ese fue el motivo de su maldición: allí se hacía cenizas un corazón que ella conocía muy bien. Por eso se dio la vuelta.


Y ahora estoy igual . Hay otra lluvia en forma de virus sobre nosotros. Y nos dicen, "no toques" , "quédate en casa", "respeta las normas". 


No soy negacionista.  Soy alguien que quiere exprimir la parte del limón que ya despelleja.


En esta época de hacer balance sobre lo que uno ha hecho, logrado, vivido o dejado de vivir, cuando veo que todo se va freír espárragos , y que al resto del globo terráqueo tiene como denominador común pasar de uno, uniformarme, como si fuera completamente transparente e insonoro, ahora, pues, digo, toca mirar atrás, y echar una última mirada al corazón que está ardiendo.




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