Hay un momento que las metáforas astragan, por cursis, por manoseadas, porque ya rayan. Una es la dl gusano y la mariposa y la muerte, y el alma.
El problema del gusano de seda que se convierte en mariposa, cuando se utiliza como metáfora de que lo más feo o nauseabundo puede convertirse en lo más bello, es que el gusano de seda no es nada gusano: es una oruga. Y si le preguntásemos a la oruga a lo mejor se gusta como es.
A mi me parece más increíble, maravilloso, un milagro , que una cosa tan fea como un bebé recién nacido se convierta veinte años después en Monica Bellucci...¡¡¡señoras y señores, Mónica Bellucci!!!, que está que hasta los perros y los gatos se dan la vuelta para verla.
Eso sí que es un cambio a mejor alucinante, casi milagroso. ¡Eso es una metáfora!
O la Bardot, que estaba...estaba...¡buenísima!....y recién nacida hacía cagar a los culebrones.
Pero pasar de gusano de seda a mariposa no es una mejora tan sustanciosa, porque el gusano también es bello y algunas mariposas tienen pinta de sr gilipollas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario