miércoles, 27 de octubre de 2021

A VECES

A veces tengo la impresión de que  no estás, que no me miras, que no vives en ninguna parte, ni siquiera en esa zona espiritual donde, dicen, se mueven los que ya no están aquí.


Entonces siento frío y una orfandad  tan ...tan...como una perdiz blanca de noche, quietecita  el alma, yerta y encogida,  en el frío de un glaciar perdido.


Me quedo solo , con una soledad  sucia y sin memoria.


Me siento como ese niño que vi limpiarse el culete con una bolsa de patatas fritas , vacía y escuchimizada, que restregaba y esparcía la mierda. Esa bolsa que tiró en una esquina, arrugada y con toda su ridícula sordidez. 


Así me veo. No valgo nada,  y se nota mucho.




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