sábado, 23 de octubre de 2021

EL QUE LO PROBÓ, LO SABE.

Hay instituciones que pertenecer a ellas parece un vínculo religiosop. . 


Eso sucede en  muchos mundos  espirituales o no.


En los partidos políticos es muy llamativo. El arraigo del PSOE, del PP, de Podemos es fantástico. 

No se discute:  se ama, se hereda, como el apellido o la miopía". "Y ahí reside el problema: para muchos  militantes, traicionar al partido es traicionar a sus padres, a sus abuelos, a los pobres, al progreso, a las mujeres, a la libertad, a la democracia y a los derechos humanos. Y todo a la vez. 


En otros ámbitos traicionas  a la Iglesia, a tus hermanos... eres una piltrafa. No vales una perra gorda. 


Es dejar de ser de los buenos y pasar al bando de los malos por decisión propia. Y cuando se es así, cuando se ama algo hasta puntos irracionales, todos nos volvemos dogmáticos y sectarios. 


Y da igual lo que haga el líder de turno, líder,  presidente, o Puto Amo como Sánchez, da lo mismo que traicione a sus votantes, sus promesas, todo da igual. De los fieles  no se puede esperar nada. 


El que lo probó, lo sabe. 




3 comentarios:

  1. Soy de tu generación, con lo cual he visto una interesante evolución: efectivamente, desde el principio de la democracia y durante muchos años, décadas, ha sido como tú dices: los fieles de los partidos eran eso, muy fieles, con un voto muy arraigado y emocional. Yo soy de derechas de toda la vida, yo de izquierdas de toda la vida, desde mi abuelo. Sin embargo ahora, gracias, por fin, la fidelidad del votante es menor, mucho menor. Excepto los votos nacionalistas (que esos sí están fanatizados, no hay manera), los votantes del pp, psoe, podemos y demás ya no son fiables. Hoy los tienes y mañana a saber. El suelo que tenía cada partido se ha roto. Afortunadamente cada vez votamos más por la gestión, premiamos o castigamos. Ya era hora, sólo han tenido que pasar cuarenta años. En cuanto a la institución famosa, la nuestra, ya me entiendes, pues muriéndose los viejecitos fanatizados, de los de la obediencia ciega, de los que si me dicen que voy, voy, y si me dicen que haga, hago, porque el que obedece no se equivoca y soy incapaz de decidir por mi cuenta.... ay, amigo, de estos ya no quedan. Cada vez obedecen menos, dicen que sí que sí por no discutir y hacen lo que les peta. Otro suelo roto. La fidelidad a un partido, a un ideal... ya no existe, me parece a mí.

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  2. En la izquierda , en toda su e extensión, yo sí veo mucho sectario.

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  3. No recuerdo quién, pero tenía toda la razón cuando afirmaba:
    “La progresiva degenaración de la especie humana se percibe claramente en que cada vez nos engañan personas con menos talentol”.
    Malo si pensamos que hay más o menos talento, más o menos sectarismo, en las izquierdas o en las derechas. A menos que te hayas dejado engañar por alguien…

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