Mi psiquiatra me aconseja que no me guarde nada dentro, que verbalice. Así que voy a escribir lo que me sucedió ayer.
Fui de visita la Fortaleza de Valença. Es un pueblo amurallado, muy bien conservado. Una vez en el interior es como un pueblo en miniatura, con sus calles estrechas y empedradas, iglesias, tiendas, casas señoriales, plazas, restaurantes, edificio consistorial, etc.
El principal atractivo turístico de La Fortaleza es la multitud de tiendas que hay, muy visitadas por turistas. Es el típico sitio donde puedes comprar sábanas, toallas, edredones, alfombras, etc. También hay ropa ,cazadoras, camisetas, pijamas… y algo de mobiliario, antigüedades y perfumerías.
Precisamente en una de esas tiendas me encontré con paisano, era gallego. Comenzamos a darle a la hebra y en un momento determinado manifesté mui condición de jubilado, y de cómo estaba disfrutando de ese tiempo.
- Yo también estoy jubilado. Y llevo este negocio porque me hace muy feliz atender a la gente...fíjese - añade sin venir a cuento lo que a continuación me cuenta- se acaba de ir una clienta que ha pasado la noche conmigo , en realidad es amiga, y he tenido tres polvos con ella.
Observo al baranda detenidamente. Tengo experiencia de años recibiendo confidencias extrañas, así que pongo cara de San Juan Bosco, que va muy bien para estos casos.
- ¿Tres polvos esta noche?...¿cuántos años tiene usted?
- Ochenta cumplo este mes.
- No me creo que usted le haya echado tres polvos a una señora esta noche.
- Pues tres le he echado, sí señor...se acaba de marchar, si no se la presento.
- ¿Todavía le quedaban ganas?
- No, para que le preguntase usted y viese que no miento.
- A ver...sin ayuda química no me creo nada.
Saca una caja del bolsillo. Leo "Tadalafilocinfa, 20 mg".
- Esto hace milagros.
Le hice la foto que ilustra la entrada.
- Pues yo, si le voy a ser sincero, desde que la mecha del trabuco quedó sin pólvora , le aseguro qe soy muy feliz...ahora toreo la Corrida de Beneficencia de vez en cuando, y a veces tiene que venir la guardia civil a matar al toro.
Aquel hombre, omito su nombre no vaya a ser que alguien vaya a visitarle, con cara de preocupación, añadió:
- La verdad es que estoy obsesionado con el sexo. Si no me hago una "manola" a diario es que no vivo. Y eso me preocupa. Estoy muy rayado con ese tema.
- ¡Oiga!, ¿una manola diaria?...a lo mejor necesita ayuda médica...y, una curiosidad...¿ cómo consigue ligar a su edad? ( me había manifestado que él no iba de putas).
- Hay muchos sitios....Tinder, Down... ha mujeres que le gusta hacerlo con viejos.
En fin, vive y deja vivir. Para mucha gente esto es lo que hay.
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