Me quedé atascado en una pista muy lejos de la civilización. Suerte que un paisano apareció y todo se encauzó.
Mientras esperaba que alguien llegase recé a mi padre.
Nada peor que el muñón que te deja el padre muerto, la mujer que amaste, el tiempo en el que fuiste feliz.
A partir de una edad todos somos una colección de muñones que disimulamos como podemos. No sé tú.
¿Cuántos muñones tienes? ¿No te pasa como a mí, que los notas los días de lluvia esos que estás, como hoy, jodido?
¿Y te aplicas alguna ortopedia o sigues viviendo como yo, fingiendo que no pasó nada?
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