Entré en una iglesia con mi hermana y unas amigas. Una de las imágenes , la que subo a la entrada, me llamó la atención. No conocía un santo con esas pintas. No sé, me parecía un poco tralarala.
Fui a la sacristía y me encontré un ser humano. Le pregunté por la imagen, que resultó ser de san Jacinto. El hombre me contó su historia, la del santo. Da para otra entrada.
Al parecer era sacristán de esa iglesia, y de otra cercana. Hablando hablando, le interrumpí, y en broma ( juro que no pensé me contestara en serio) le dije:
- Usted tiene pinta de ser un hombre casto. Más aún, parece que no ha roto la gracia bautismal.
- Se equivoca. Fui seminarista, y cuando estaba apunto de ordenarme me crucé con una damisela y me perdí. Ella me animó a que me ordenase y que nos entendiéramos, que no pasaba nada. Pero soy hombre de principios y me fui con ella.
- ¿ Una damisela?...un poco puta, ¿no?
- Mala persona, si señor.
Mi hermana alucinaba con el tono de la conversación.
- Con el inicio del Coronavirus rompió conmigo. Mi madre me dijo " ¿ está bien con Ana?....le dije que sí...pero mi madre me comentó " ayer fui a su tienda y me miró mal".
- ¿ Le miró mal?- interrumpí.
- Sí, mi madre es muy observadora. Y llamé a Ana y nada, no contestaba. Le envié watsaps, y tampoco. Y pensé " ¿ así que crees que me voy a arrastrar?....¡pues allí te quedas!
- ¡Zorra!
- No, yo no soy de insultar.
- ¿Y que hace usted aquí?
- Tenía dos bares, pero la pandemia se llevó todo por delante. Y un sacerdote de mi promoción del seminario me ofreció ser sacristán de estas dos parroquias.
- ¡Caramba!
- Sí, llevo ya dos años ....y ahora , en semana santa, me ordenan diácono permanente. Como ya tengo los estudios, ahora estoy haciendo un curso...el párroco, que trabaja también el la curia, me dice que en dos años más podría ordenarme sacerdote.
- ¡ No me joda!...¿diácono permanente?...¿sacerdote?... oiga, disculpe, usted huele muy bien...¿ qué fragancia usa?
- La Nuit.
Mi hermana dice que no se cree lo de que le ordenen. Yo que sí.
Como ordenen a este notas, el de la damisela, yo apostato.
A este le ordenan. Al tiempo.
ResponderEliminarQué un editor publique este blog en papel, por favor.
ResponderEliminarMe encontré un ser humano...
ResponderEliminarNo lo veo nada herético, la Iglesia es y ha sido siempre así. Otra cosa es lo que mamamos en su día y nuestro entorno, fue solo una partecica -ciertamente estricta y particular- de la inmensa realidad eclesial.
ResponderEliminarNo se trata de erético... son las luces...la idoneidad...y sí , la iglesia tiene un problemón con los candidatos a sacerdote.
ResponderEliminarY gordo
Y la Iglesia tiene un problema aún mayor con los que estás anclados en el pasado. ¡Dios no teme las novedades!
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