Hay unos periodistas, y afines en la televisión , que parecen humanos, pero no: son bípedos microcefálicos carroñeros. No son pocos los que nos rodean de esta especie, pero estos son los que, no sólo se alimentan de la hediondez , sino que la regurgitan para vomitarla después sobre cienes y cienes de “descomponedores”,o sea, nosotros.
Cuenta Ronald Knox que uno de los chispazos que activó el motor que encendió su conversión fue asistiendo a un funeral católico.
Knox era sacerdote anglicano. Un día , asistiendo a un funeral católico, observó que durante la comunión la gente cogía el bolso, el sombrero, e iba a recibir el Sacramento. Le llamó la atención, pues en la iglesia anglicana había una guardarropía en la entrada donde se recogían y g abrigos, bufandas, sombreros...ropa, en fin ,de los fieles.
Preguntó a un sacerdote católico amigo suyo y éste le contestó:
- Vosotros, los anglicanos, sois una iglesia formada por los puros. Os consideráis gente de la "high" Sin embargo, los católicos somos gente que nos sabemos pecadores. Todos. ¿ Ves esos confesionarios? , pues allí nos confesamos de pecados muy gordos. Nosotros lo sabemos bien, pues nos dice la iglesia que " hay que confesar los pecados mortales, y conviene decir los veniales". Y te aseguro que loa mortales, siempre, son muy graves.
"Por esa razón la gente cuando va a comulgar se lleva sus pertenencias, porque sabemos que el de al lado te las puede robar"
Y terminó... "vosotros no tenéis la confesión. Sois una iglesia de puros".
"Y - escribe Ronald Knox- entonces me sentí pecador. Y pensé que debería pertenecer a una iglesia así".
Knox fue el que atrajo a la iglesia católica a G.K. Chesterton, y fue el encargado de realizar la homilía de réquiem por él en la catedral de Westminster.
La historia me la contó un sacerdote. Había estado veinticinco años en Nigeria. Allí atendía varias parroquias.
Una vez el obispo le pidió que asistiera a una comunidad que se encontraba lejos, en el centro del país. Llevaban años sin asistencia en sacramentos y la iglesia tenía muy abandonados a sus fieles.
Al llegar se encontró con un recibimiento impresionante. Aquella gente había venido de aldeas muy lejanas pata festejar la llegada del "padre". Fue toda una ceremonia alegre y colorida.
Al día siguiente le sorprendió la cantidad de personas que deseaban confesar antes de celebrar la santa Misa. Una cola larguísima de mujeres y hombres esperaban delante del confesionario.
- En una de las confesiones entró una señora mayor, una anciana. Y , para mi sorpresa, escucho que confiesa en latín sus pecados...¡en latín!...no podía creer que alguien que había nacido lejos de colegios , escuelas, que era analfabeta, pudiese hablar latín...
- ¿ Quién le ha enseñado a hablar en latín? - pregunté.
- ¿ En qué? - respondió.
- En latín...es el idioma que estamos hablando ahora.
- Me lo enseñó mi ángel.
- ¿ Su ángel?...
- Sí, hablo con mi ángel desde muy pequeña, desde que dejaron de venir por la aldea los padres.
Cuando escuché la anécdota le dije al cura si no podía ser un caso de posesión diabólica. Dicen que los poseídos hablan lenguas muertas.
- También lo pensé, pero no: era un alma muy delicada. Era muy de Dios esa señora.
Esta historia me recordó otra.
La anécdota la contaba don Quico, sacerdote en Zaragoza, entonces párroco en la iglesia de la santa Cruz.
- Una señora se acercó al confesionario y pidió que la dirigiera espiritualmente:" me ha dicho Jesús que lo haga con usted".
Don Quico no la creyó, pero siguió un consejo pastoral para este tipo de gente que viene con visiones de Dios: darles mucha caña. Si son santos siguen, si es una histérica, desaparece.
La señora le comentó que todos los días, desde hace años, después de recibir a Jesús en la Comunión tenía largas conversaciones extasiada con Él. Don Quico sí sabía que la buena mujer siempre se sentaba en el mismo banco después de comulgar , y allí se quedaba como encerrada en sí misma hasta unos minutos antes de cerrar al mediodía la Iglesia.
Una mañana le llamó alarmado el sacristán.
- Oiga , que la señora del último banco está como una estatua, y no consigo despertarla. Me da un poco de miedo, la verdad. ¿Por qué no me acompaña?.
Fueron allí y " la señora estaba como en estado de trance, dormida, con la cabeza sobre su pecho".
"Intentamos zarandearla, pero ni se movía...lo curioso fue cuando quisimos levantarla entre los dos y no conseguimos alzarla ni un centímetro del banco. ¡Y éramos dos personas".
Entonces, así lo contaba , "despertó, nos miró perpleja, y comentó:
- ¡Uy, perdonen: me entretuve con Jesús más de la cuenta!.
Como lo contó, lo cuento.
Hoy dos historias...largo salió .
Hay un momento que las metáforas astragan, por cursis, por manoseadas, porque ya rayan. Una es la dl gusano y la mariposa y la muerte, y el alma.
El problema del gusano de seda que se convierte en mariposa, cuando se utiliza como metáfora de que lo más feo o nauseabundo puede convertirse en lo más bello, es que el gusano de seda no es nada gusano: es una oruga. Y si le preguntásemos a la oruga a lo mejor se gusta como es.
A mi me parece más increíble, maravilloso, un milagro , que una cosa tan fea como un bebé recién nacido se convierta veinte años después en Monica Bellucci...¡¡¡señoras y señores, Mónica Bellucci!!!, que está que hasta los perros y los gatos se dan la vuelta para verla.
Eso sí que es un cambio a mejor alucinante, casi milagroso. ¡Eso es una metáfora!
O la Bardot, que estaba...estaba...¡buenísima!....y recién nacida hacía cagar a los culebrones.
Pero pasar de gusano de seda a mariposa no es una mejora tan sustanciosa, porque el gusano también es bello y algunas mariposas tienen pinta de sr gilipollas.
Si tuviera que dar un consejo a un alguien joven que me leyera , le diría:
Vete de casa cuanto antes. Vete solo. Hazlo ligero, con poco equipaje. Intenta andar mucho. Lee. Lleva siempre un libro. Haz amig@s. Usa poco el móvil.
En la vida que llevas la mayoría de la gente no la puedes dejar sola porque en soledad no saben a quién imitar...no te preocupes , poco a poco conseguirás entenderte, quererte, y sabrás estar solo...verás que la vida es ese río que hablaba el poeta, fluye, fluye, fluye sin detenerse nunca
También te aconsejo que saltes a lo desconocido, aunque te descalabres. Muévete sin meta.
Huye de atajos. Siempre en zigzag. Procura seguir un camino de perfección.
No olvides que la vida y la muerte son viajes. envejece bien.
Como el conde Arnaldos di tu canción al que contigo va.
Y, por último: no hay camino de vuelta. Ni dos viajeros iguales.
¡ Suerte y buen camino!
A veces me doy cuenta, ¡ y de qué forma!, de mi condición de hombre sesentón.
Aunque salgo a diario, y disfruto de la naturaleza, de la música, de la vida y del amor, lo físico de vez en cuando se hace presente en el sexo, en la forma de andar, de mirar, de pederse, en la dentadura...
Siempre llega un momento en el que uno ve que no es inmortal. En fin, darse cuenta es ya un éxito. Al contrario de lo que pueda parecer, significa que no te has muerto. Pero sí que te estás muriendo.
Me miro al espejo y descubro el cansancio.
Insisto, estoy disfrutando de una jubilación maravillosa. Cualquiera que me siga en FB alucinará. No paro.
Pero hay muchas cosas que ya no me importan. La política no me importa, muchas historias que leo no me interesan, la vida de los otros me cansa.
Y vivo una cierta rebeldía gracias al virus y a los confinamientos , periféricos o no, que me salto , como de chaval me colaba en los cines, en el autobús, burlaba vigilancias de profesores.
Este juego es lo único que me anima en esta vida. Tengo ganas de rebelarme y eso me divierte.
En el evangelio, Lucas (17:32) cita la advertencia de Jesús: «Acordaos de la mujer de Lot».
Esta señora y Lot fueron los únicos elegidos para dejar atrás Sodoma y Gomorra. Las dos ciudades fueron destruidas por Dios, Nuestro Señor, mediante una lluvia de fuego y azufre, según Génesis. El caso es que a ellos dos los salvó solo con una condición ridícula, absurda. Nada más pidió: «No miréis atrás». Pero ella lo hizo, y el Señor la convirtió en sal. Estatua de sal.
De crío e esa señora me daba mucha lástima. Hoy tiene toda mi simpatía. ¿Por qué darse la vuelta si el castigo era terrible?
¡Ay, qué bien la entiendo!....yo también hubiese vuelto el rostro si supiese que en esa ciudad ardía el corazón que hubiese amado. Si, por ejemplo, fuese una Manuela de mi vida pasada. Sí, me giraría y a la mierda con todo.
Probablemente ese fue el motivo de su maldición: allí se hacía cenizas un corazón que ella conocía muy bien. Por eso se dio la vuelta.
Y ahora estoy igual . Hay otra lluvia en forma de virus sobre nosotros. Y nos dicen, "no toques" , "quédate en casa", "respeta las normas".
No soy negacionista. Soy alguien que quiere exprimir la parte del limón que ya despelleja.
En esta época de hacer balance sobre lo que uno ha hecho, logrado, vivido o dejado de vivir, cuando veo que todo se va freír espárragos , y que al resto del globo terráqueo tiene como denominador común pasar de uno, uniformarme, como si fuera completamente transparente e insonoro, ahora, pues, digo, toca mirar atrás, y echar una última mirada al corazón que está ardiendo.
Viví dos décadas largas en la parte infantil del mundo, impartiendo clases en primaria, en Viaró, Terraferma, Turó, Peñalba, y sé que esa parte no está tan lejos de ellos como creemos.
Ahora los veo pasar camino del colegio, o en fila cuando van por la calle cogidos de la mano, o sentados en una visita cultural , mientras l@s profes tratan de dirigirlos en orden - a veces tan difícil como llevar una manado de gatos por una carretera.
Me gusta observarlos. Contemplar sus gestos y palabras. Su inocencia y primeras exploraciones del mundo y la vida. De esos años con la infancia aprendí que con los años somos ese niño disfrazado, camuflado, con la máscara puesta. El pequeño cabroncete que engañaba a su compañero de pupitre vendiéndole piedras de la luna que traía su padre astronauta , hoy vende y engaña otras cosas, de otros astronautas. El gordito colgado que traía la pelota al colegio para dejar jugar sólo a sus amiguitos , y cuando se enfadaba agarraba el balón y allí no jugaba nadie, hoy es un hijo de puta que deja jugar a otros amigos malotes e interesados.
Intentar adivinar en ellos lo que, bueno o malo, brillante o mediocre, tal vez serán de mayores.
Siento que me estoy ablandando, y puede que sea la edad. Los domingos hay un mercado en Padrón inmenso, festivo, colorido. Allí hay un tiovivo con caballitos . Con sus polos de colores, y sus gafotas de sol , y sus padres vigilándolos de cerca, o fotografiándolos. .
Se movía el artefacto , las monturas subían y bajaban,algun@s niñ@s con sus padres al lado para que no cayeran, sonaba la música, y los críos se agarraban a los barrotes saludando a sus familiares cada vez que pasaban ante ellos.¡ Cómo les brillaban los ojos! Cabalgaban serios, de una forma cabal, formales, convencidos de que aquello era de verdad , con un orgullo maravilloso. Con esa inocente sinceridad que sólo un niño pequeño posee y que luego la vida te va desdibujando poco a poco.
Los veía pasar y me acordé de mi, de mis padres, de otro tiovivo, de otras ferias.
Pensaba que eran afortunados por ser todavía lo que son , lejos aún los complejos estados por donde la vida acabará llevándolos. Estaban allí, en el puerto seguro de los brazos de sus padres, entre músicas que recordarán toda su vida, fuera de las lianas del sexo, de la vanidad, del dinero, y creyendo en un un Dios que aún es bueno.
Y al observar sus rostros fascinados y esualtantes, la confianza con que miraban a padres y abuelos mientras sus manitas se aferraban a los barrotes de los caballitos pintados, me vi a mi hace sesenta años, cuando desde la rueda de un tiovivo que sonaba el Vals de las mariposas miraba a mis padres y al mundo girar a mi alrededor con la misma fascinación e inocencia.
- ¿ Qué te pasa?- me reguntó Maria José- estás emocionado.
- Nada...cosas mías.
Estos días estuve en Zaragoza. Por cosas de la vida tuve que acompañar a mi madre diez días.
Mi madre es una mujer que , por cosas de la vida también, se casó enamorada con un niño pijo y rico
Pero, cosas de la vida, la familia del niño rico lo desheredó si se casaba con ella. Y se casó.
La vida se puso muy cuesta arriba. Muy jodida. Pero , la vida, ya se sabe, las cosas fueron bien. Yo creo que el amor hace que todo salga bien. Todo.
Tuvieron una hija , Marisol, en Bilbao. Y de allí a Zaragoza. Allí nació Juan Carlos, que murió a poco de nacer.. Parece que tenía una malformación en el corazón ..después nací yo. Dicen los que saben que al haber nacido después de alguien que no llegó a buen puerto mi madre me transmitió la ansiedad de la madre que no sabe si uno también saldría enfermo.
Y parece que toda es preocupación , todos esos nervios, toda es incertidumbre, hicieron de mi el que soy. Vamos a dejarlo allí.
En Zaragoza nacimos cuatro más.
Esta fotografía se hizo en la plaza del Pilar. Y sesenta y dos años después volvimos a hacerla. Entre estas dos fotografías han sucedido muchas cosas. ¡ Muchísimas!
A veces pienso que si consideramos que la mayoría de los seres humanos a partir de los 25 años se casan y se detienen, reduciendo su existencia a cuatro , cinco, seis, o las que sean , rutinas...en fin, una vida como parece que desean la mayoría de los idiotas de este país, de funcionarios, o de niños de papá , pedir que la duración humana sea más larga es una gilipollez : una vida más larga solo la merecen quienes saben cómo llenarla.
Sé lo que escribo. Vengo de un viaje humano lleno de incertidumbres.
Dicho de otra manera, ¿ por qué no te mueres , tú, que llevas haciendo lo mismo un día , y otro, y otro, y otro, y que , oye, que ya está, que se acabó, que no hay más...?
Vivimos en una galaxia que se llama Vía Láctea En ella tiritan 150.000 millones de estrellas aún más potentes que el Sol.
Escribió Quevedo que "el dinero no cambia a la gente, la descubre.". Sabio éste Quevedo.
El Ave Fenix era un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de pico y garras fuertes. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas.
Algunos de los comentarios que no publico son especialmente crueles conmigo. Ahora, aprovechando que comenté el número de lectores que dije, ha ido a más.
A lo mejor el tema está en que cuando no quieres algo digas que no. Que te invitan a cenar , y no te apetece, porque no te da la gana, y dices que no, que gracias, pero que no.
A lo mejor el tema está en que necesitas pedir un favor, y lo pides. ¡Fíjate qué difícil!
O que quieres hacer un favor y lo haces, así, porque quieres hacerlo. Que te equivocarás de pobre al dar la limosna, o hacer el favor, pero tu corazón no se equivoca.
Los grandes recuerdos duran un poco en el reloj, un tiempo en la cabeza, y toda la vida en el corazón.
Manuela es un gran recuerdo. Y, como las cerezas, ese recuerdo trae consigo muchos que le cuelgan en forma de familia, de canciones, de paisajes, de amig@s, de compañer@s de trabajo...porque ella era una mujer que amaba con pasión la vida y todo lo que colgaba de ella.
Ahora mismo podría escribir de mucha de esas personas que amé, y amo, gracias a ella.
Con ella se estaba muy bien. Presumía de todo lo que amaba; su familia, su pueblo, sus amigos, sus vecinos, sus compañeros de trabajo y, por supuesto, de uno.
No hay día que no hable con ella. Y sé que anda muy cerca de mi, de todos los que estuvimos en su corazón.
Vi una película " Corazones indomables"...
En una escena la protagonista ve a su esposo, contemplando a su hijo dormido, y conmovida por el regalo de este momento de paz en un mundo lleno de traiciones y muertes, se sienta en las escaleras y exclama: “¡Dios mío, haz que todo permanezca así para siempre!”.
Recordé noches que pasé con Manuela . También me quedaba absorto mirando como dormía, abandonada, inocente , confiada y feliz. También recé.
Lo maravilloso nos enseña a ver lo más cercano con los ojos de la gratitud y el asombro, los ojos del que ve la belleza del mundo y quiere cuidarla.
Aunque, ¡ ay!, las oraciones no siempre son atendidas.
De todos aquellos corazones que conocí hasta entonces, el suyo fue el único que me transmitía la vida. Me salvó de un naufragio .
Y aunque nos despedimos con amor y perdón, me quedé con ganas de haberle dicho que me hubiese gustado quererla con la fuerza de todos los que más le amaron ayer, hoy, siempre .
Manuela, el 17 harán siete años que falleció de ELA...y contando.
Estos días te das cuenta que da igual si el vaso está medio lleno o medio vacío cuando has perdido el vaso...
No se puede decir que estuviera bien de la cabeza, os lo aseguro, pero tenía una avería de las más bonitas que he visto.
Era de un verde tan travieso , a juego con su alegría, que imagino que le venía de cuna.
Parecía como un ave migratoria que se hubiera salido adrede de la perfecta uve que sus compañeras dibujan en el cielo.
A veces, cuando pienso en ella, me acuerdo de aquellas cabras que los griegos llamaban quimeras. Pero sea su locura de trigo de Matilla o de margaritas, tampoco penséis que es una mujer gota a gota, sino una mujer catarata, y quizá sea su secreto esa Victoria desencadenada, ¿pues sabéis lo que me da más tristeza, uno, que a veces es perito entre los tristes?
Hay tantas personas que teniendo las alas grandes les faltan las ganas de volar; hay tantas gentes que teniendo agua de sobra les faltan las ganas de beber, que me fascina el relámpago alegre de esta mujer que tenía alas, y agua, y sed, y ganas.
Cuando regresé de Guatemala decidí vivir lejos de la basura mediática. No veo televisión, no escucho la radio. Esa porquería parece que no lesiona el cerebro . Y así es a simple vista.

No lo sabemos, pero si nos acercáramos de puntillas y mirásemos por la cerradura de las biografías de los demás se nos pondría la gallina de piel. El amor nos engaña. El amor siempre anda prometiendo lo que no puede cumplir. Porque nos hace creer que todo está unido: vivos y muertos, niños y adultos, animales y seres humanos, hombres y mujeres, sueño y realidad, pero eso no es cierto: el mundo solo es una colección de fragmentos imposibles de conciliar entre sí, partes sin un todo.
La pasión del prójimo soporta muy bien el artificio y el embeleco.
________
Sobre la piel fina. Una vez alguien me dijo que "era de piel muy fina".
Cuando me lo dijo , la verdad, no era así, de piel fina. Tenía callo, muchas cortezas en el casco.
Después, mucho después, conviví con personas de piel fina. Recuerdo una que , al escucharme una confidencia , vi cómo se le erizaban los pelos del brazo. Era un hombre. Yo estaba llorando mientras abría un corazón infectado.
Al ir a Tamahú aprendí de un maestro qué era eso de la sensibilidad. Se llamaba Xabier. De él aprendí , sin tonterías, que gracias a esa piel fina puedes sentir cuatro notas en vez de una. Gracias a esa piel fina uno abandona la lupa gorda por el microscopio de las miles de posibilidades. Uno se hace más amplio. Aprende a escuchar el sufrimiento. Y ya no quiere volver a tener la piel bastarda y endurecida.
Porque son los de la piel ruda los que ponen vallas al que llega pobre, desnudo, con miedo, vallas al que se se va buscando una vida nueva, mejor, vallas al sexo, vallas a la mente, vallas de la religión fanática, de la ideología , y luego tienen que venir los de la piel fina a quitarlas.
La piel ruda sabe; la piel fina duda. La piel ruda impone; la piel fina sugiere. La piel ruda es la línea recta que no se detiene ante el llanto de los leopardos; la piel fina prefiere tomar un millón de curvas antes de lastimarte.
La historia del humanismo es la historia de las victorias conseguidas por los que tienen la piel fina.
Hay gente que dice " yo no sirvo para comercial".
No es cierto.
Todos somos comerciales de nosotros mismos, de nuestra gente, de nuestros valores, de nuestra manera de vivir.
Nos representamos hablando, vistiendo, con nuestros silencios, nuestros gestos y nuestras miradas. Esa es nuestra condición.
Mi mejor embajadora fue Manuela.
La verdad es que me vendía a los demás muy bien. Presumía de uno. Brillabas con ella. Era así con todo: su familia, sus amig@s, su pueblo, su lugar de trabajo .
Pero uno no era así, si fuese un traje, con toda seguridad, muchos clientes me rechazarían al ver las taras. Y si fuese un coche me llevaban al desguace.
Echo a faltar esos comerciales que presumían a gritos de uno como una feriante de mercadillo, "¡¡¡ mire mire mireeeee...¡ que está de oferta!!! Cuando con ellos podía con todo.
Hoy, ¡ gracias a Dios!, otra comercial va por estas tierras gritando mi nombre y presumiendo de un tarado.
Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor , el modelo de la madre más que el niño del bautizo y el físico más que el corazón.
Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido.
(Hice una primera etapa de la GR 99 y tuve que volver por causas ajenas a mi voluntad. Otra vez será)
De bien pequeño gocé de esa libertad que supone que tu padre piense que no hay nada que hacer contigo y, lo que es peor, que te lo diga.
Ya conté lo que significa en algunas personas tener las ventajas de la vergüenza . Esa que se consigue cuando eres invisible en tu casa, en el colegio, en la vida. El cine alimentaba mi fantasía y no deseaba otra cosa que imitar en mi vida lo que había visto en la pantalla.
La calle fue el lugar donde rodaba las escenas soñadas. Mi casa era una tortura. Fuera era todo aventura: fumaba desde los ocho años, sisaba para poder comprar cigarrillos sueltos en los ciegos , aprendí a escupir por un colmillo, andaba pidiendo posavasos en puticlús de lujo, y no de lujo - la excusa perfecta para ver tetas- iba al Plata, una sala de fiestas donde cantaba Lilián de Celis...
Un local muy cutre, repleto de mesas de mármol , camareros de pajarita, viejos verdes , prostitutas encubiertas , desechos de tienta, y un estrado con cortinas muy cutres, con fondos falsos pintados, un piano que tocaba un tipo con sombrero y corbata, y...¡¡¡Lilián de Celis!!1: una ballena con destellos de serpentinas que cantaba canciones picantes.
- ¡ Me gustan los hombres, me gustan los hombres, me gustas TÚÚÚÚÚ!!! ...¡¡¡TRUCUTRÚ!!!
En el Trucutrú movía las peras mientras se bajaba a saludar al público que estábamos asomados al pie del estrado.
Y , entonces, aquello era el acabose.
¿ Qué hacíamos allí unos chavales de catorce años?...ni idea. Fue algo que surgió así.
Fue en el Plata donde un anciano que tenía a mi lado, apoyados los dos los brazos en el estrado, observando la danza de Lilián, se gira hacia mi y me suelta:
- Te doy cien pesetas si me haces una paja en en water.
En fin, la vida.
Una tarde , al llegar a casa, me encuentro a mi madre que me cita en el salón. Citar a un hijo en el salón significaba que la cosa estaba muy fea. Muy fea para mi. Cierra la puerta. Me enseña la mesa repleta de posavasos de puticlús de Zaragoza: El Blue Man, el Papagayo, Edén , Papillón, Copacabana y, como no, Flamingo's...
- ¿Y esto?
Silencio. Estaba preparado para mentir, y mentir mucho. Y muy bien...¿pero eso?...¿ qué decía?
- Mamá....
- ¡ Vas de putas!
- ¡Mamá!, ¡ que tengo quince años!
- ¡ Cómo si tienes 90!...¿ vas de putas?
- Es que son de un amigo que colecciona estas cosas y me pidió que se las guardase, y...
- ¡ Mientes!...¡vas de putas!
- ¡ Mamáaaaa, que no voy de putas!
- Nos vas a matar a disgustos....