jueves, 21 de julio de 2022

ENTRE MANDOS.

Mi hermano cuenta su mili por fines de semana arrestado. En aquellos años se emitía un programa musical los sábados y me decía “me quedan 30 “Tocatas”.


Todos los arrestos estaban más que motivados. Mi hermano tenía un desboque parecido al del caballo blanco, ése que se le acabó la fuerza de la mano izquierda. Se disparaba a galopar el tío a la que te despistabas.

El primer arresto fue por ponerle gañotas al general en una revista. Pasó el estrellado frente a él, y al tío no se le ocurre otra cosa que levantar varias veces las cejas, guiñar los ojos compulsivamente, y sacar la lengua.

El purazo fue de campeonato. Diez “Tocatas”.

Pero la antológica fue la del coche del capitán.

Por entonces tenía mucha mili hecha y era Cabo. Un Cabo en el ejercito no es nada. Quiero decir que no pertenece a la oficialidad. Es de la clase de tropa. Unos pringados. Eres Cabo por el tiempo que llevas allá, no hay mérito, ni curso de capacitación.

Una mañana el Capitán llegó con su flamante coche nuevo- un Austin- y le ordena a mi hermano, “Bembribe – no sé por qué a mucha gente le cuesta pronunciar bien nuestro apellido- láveme el coche”.

- ¡Sí, señor, sí! - respondió Chema acompañado del saludo militar y golpeando los talones.

Lavolo, limpiolo por dentro, sacolo brillo...y no se le ocurre otra cosa que montarse en el coche y darse una vuelta por las calles de alrededor del Cuartel del Bruc...Corte Inglés, Diagonal...

Al regresar, en la plaza de armas, ve al Capitán con cara de “Born to kill”. La típica cara de hijo de la puta que se les pone a los capitanes cuando les desaparece el coche y no sabe donde está.

- ¡¡¡PERO USTED QUÉ COJONES HA HECHO, BEMBRIBE!!!...¡¡¡DÓNDE HA IDO CON MI COCHE, BEMBRIBE!!!

Sale del coche, saluda militarmente, taconazo...

- Es que para que se secara mejor pensé que si daba una vuelta , con el contacto con el aire lo haría más rápido.

- ¿QUE CON EL CON...?...¡¡¡USTED SE CREE QUE SOY GILIPOLLAS, BEMBRIBE!!!

- No, mi Capitán.

- ¡¡¡ME TIENE USTED HASTA LOS COJONES, BEMBRIBE!!!, ¡¡¡SE VA A QUEDAR AQUÍ ARRESTADO HASTA EL FINAL DEL SERVICIO MILITAR!!!

Y Chema, para terminar de rematar la faena, viendo que los soldados estaban presenciando la bronca, agarra al Capitán del brazo y le medio susurra...

- Modérese, mi Capitán, si la tropa ve que entre mandos nos puteamos, qué pensarán...

No volvió a pisar Barcelona hasta que terminó el servicio...pero esa es otra historia, la del final de su mili.


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