Ayer supe quién es el que pensaba que era el odiador. ¡ Tantos años y ahora resulta que lo conozco!
La verdad es que estoy perplejo con este hombre, y más ahora, que le pongo cara. ¡Cómo cambian las cosas cuando ves el rostro del anónimo que se parapeta detrás de un sin nombre!
Resulta que lo conozco, y mucho. Y, no salgo de mi asombro, pues siempre conmigo se presentaba como buen amigo. He estado en su casa unas cuantas veces , conozco a sus hijas, una me adora, En fin...¿qué puedo hacer?.. ¿ Vale la pena denunciar a este hombre y hacer daño gente que no entenderían lo que esta gusanera lleva dentro. Porque me extrañaría mucho que en su familia supiesen de su...¿odio? No, no es odio, que es lo que más me ha sorprendido de saber quién su autor. Es envidia. Resulta que todo es por...¡envidia!
Había un rey que quería saber qué era peor, si ser codicioso o ser envidioso; entonces tomó a dos personas y les dijo: "A uno le daré todo lo que me pida pero al otro le daré el doble."
Entonces el envidioso dijo: "A ver si entendí bien rey, ¿todo lo que te pida me lo darás pero al otro le darás el doble?".
“Correcto!” , dijo el rey.
Entonces le dijo el envidioso al avaro: "Pida usted primero". El avaro, se resistía , “¡por favor,! "primero están los caballeros." Que sí tú, que yo...Y el envidioso, harto, dijo: "Ok, yo pido primero, que me saquen un ojo.".
Siento, a veces, la envidia muy cerca en el Barullo, y da miedo.
¿Quién dijo eso de que el silencio de los envidiosos está lleno de ruidos?.
Y con esto damos a este hombre por muerto y enterrado en el Barullo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario