Cualquiera que me siga comprobará que tengo una obsesión con el agua . Fotografío muchos ríos, mares, lluvia.
El agua me parece una metáfora maravillosamente completa y exacta de la vida y de la muerte.
La poesía de Manrique describe muy bien eso de que nuestras vidas son los ríos. Pero hay más.
¿ Somos la gota de agua o el agua de la gota?
Cambiamos de estado al llegar al mar. Dejamos de ser agua de la gota para transformarnos en otra vida evaporada, invisible , etérea , nacarada.
Es el ciclo de la vida, una misteriosa gradación que sólo se explica desde la fe.
No encuentro mejor manera de explicar a los niños esta verdad de la muerte.
Muy bueno. Me lo apunto.
ResponderEliminarAbrazo
Comparto tu fascinación por el agua. Nado, buceo. Es otro mundo en este. Mejor.
ResponderEliminarQue la muerte es una certeza no hay duda, la duda sobra. Más allá de eso es efectivamente una cuestión de fe, y teorizar a partir de ahí es sano cuando no hay manipulación de la trascendencia, muy propia de las religiones.
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