domingo, 7 de agosto de 2022

EL MOMENTO QUE TODO FLORECE.

Ayer enterramos en la parroquia  un matrimonio. Fallecieron en Francia y trajeron las cenizas aquí. Dos personas mayores.


El hijo tomó la palabra y dedicó un sentido homenaje a sus padres. No pudo terminar , la emoción pudo con él.


- Mis padres fueron personas muy honradas, muy trabajadoras, muy sencillas.


Pensé en mi. No creo pueda resumir mi vida así. 


El acto de  creación de cualquier obra de una persona está en su vida, como la raíz de un árbol en la tierra donde nace.


Por eso es tan importante conocer la biografía de esos autores. 


De cualquier pintor, escultor, poeta, escritor, entendemos mejor su obra si conocemos su vida.


En la obra humana que es la vida de cada quién,  también es así. Comprendemos mejor a ese bancario, a esa profesora, a ese labrador, a ese chófer de autobús, a esa administrativa, a tal médico, si  nos fuese dada   conocer su biografía.


Pero hay un momento , sin duda, que todo eso florece de una manera espontánea.


En la enfermedad diagnosticada como irreversible y fatal.


Florece para el enfermo, y para los que le acompañan. Todo emerge y se manifiesta naturalmente: lo bueno y lo malo, los quilates y las aleaciones burdas, la entereza y  la cobardía...


Y, sobre todo, el amor.



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