miércoles, 24 de agosto de 2022

L'ENCARREGAT Y EL DE LA SANDÍA

En cualquier excursión a pie con viandas a merendar  al campo  a  la  fuente  siempre hay un grandullón, en general el más conformista y bonachón  de la pandilla, al que le toca llevar la sandía.


Quien lo haya probado sabe lo difícil que es transportar una sandía en brazos a través de un sendero escarpado, con subidas y bajadas cada vez más abruptas. Un  pringue.

Cuando se  inició  la tuna de Monterols, hubo uno que  vio que sin él  la  barraca se  iba  abajo. En la tuna viste  mucho  cantar, ir dando saltos  con la pandereta, bailar  las cintas, echar piropos...pero hay un tío que sin él  aquello  no funciona: L'encarregat.

L ' Encarregar  es el  que  va  con el  maletín  y los recambios de las cuerdas de guitarras y bandurrias. El que dispone en orden los trajes  para que antes de comenzar la salida  los  tunos lo  tengan todo  preparado.   Lleva  el  agua, y está  a  la que salta.

Ese fue  D... Disfrutaba  como el que más, también vestía de tuno, y gozaba de una primera fila  envidiable...pero  se  lo  curraba.

Nos encontramos  muchos años después. Y, aunque no me sorprendió  el  cargo  y  la posición  que  ocupaba, sí la  razón  de  la  misma:

- He  seguido siempre  siendo   "L'encarregat". 

Que  no  es lo mismo que el de la sandía.

Los  encarregats  cuando  llegan a  directivos  son personas que  conocen muy  bien su  oficio, y han  llegado a  él  por el servicio. 

El de la sandía, si llega a  directivo , acumula muchas horas  de sudores, cierto cachondeo con él, y resentimientos de horas entre peñascos con ella al hombro o abrazada contra la barriga.

Supongo habrá  atravesado su particular calvario, pues  el de la sandía   no es gente  que  les tenga  en consideración  el   adversario. 

En su  trayectoria   profesional , imagino, sus compañeros,  sus jefes,  durante la larga excursión a la fuente , cruzando sus  apuestas : seguro que se le cae  la sandía... O, ya verás como , harto de tanto  trajinar la sandía de aquí  para  allá , cansado de cargar con ese peso muerto, un día la manda  ala mierda en plena cuesta para echar a correr hasta perderse monte abajo. 

Es cabezota  , buena persona, y listo. Y allí  está.

No tengo hijos, pero si  los tuviera  le hablaría  de las ventajas  insondables de  ser L'encarregat.

Y  le prevendría , sobre todo  si es  gordito y bonachón,  de abstenerse  si  es  elegido  siempre  para  llevar  la sandía  en la romería a la Fuente.

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