Mi primera experiencia sexual, o lo que sea que recuerde sobre el tema, fue en Torrero.
Torrero es un barrio de Zaragoza, cerca del cementerio y de la cárcel. Allí hay una pequeña barriada, al lado de las Graveras de los gitanos, que llaman Lasierra Purroy. Por esos mundos me moví en mi infancia. Entonces tendría seis o siete años.
Jugaba con los gitanos en una frontera difusa, un descampado que llaman Las Graveras, donde nos juntábamos payos y gitanos a jugar, gamberrear, y zascandilear. En las Graveras había un "esbalizaculos", un tobogán natural desde donde nos lanzábamos culera abajo.
Infancia feliz y desenfadada.
A veces íbamos al poblado gitano . Allí un hombre ya mayor y con sombrero, nos ponía en fila, bajaba la cremallera del pantalón del primer crío , le sacaba la colita , le daba una sacudida, introducía de nuevo el varonil miembro , y el siguiente.
Nos hacía gracia el tema.
También disfrutaba yendo a comprar a un colmado que había debajo de casa. La dependienta se llamaba Pilarín. A esa mujer la asocio a unas tetas hipermásticas que mostraba de una manera extraordinariamente impudorosa al rebanar con el cazo el vinagre de los pepinillos. Para mi ese esa flanera de carne, blancura y venas, era un espectáculo. De ella guardo un buen recuerdo, es lo menos que puedo hacer porque la ingratitud es un feo vicio, casi tan feo como la envidia. Y no señalo.
Al llegar a casa no podía decir la verdad sobre ninguna de estas historias , así que comencé a mentir como quien construye una fortificación , para protegerme de preguntas y miradas de sospecha.
De todas formas, siempre he sido muy malo simulando y me han pillado desde bien pequeño hasta hoy.
Una tarde me perdí.
Al parecer iba siguiendo a una tía mía , hermana de mi madre, que pasaba unos días en casa. Íbamos de paseo, y siguiendo otra mujer que se cruzó por allí perdí el camino. En realidad me equivoqué de culo que pasaba por allí.
Por la noche todos estaban muy preocupados en casa. Sobre todo mi tía Tere.
Una vecina avisó a mi madre que en Radio Zaragoza estaban dando noticia de un niño perdido que se encontraba en la emisora, que respondía al nombre de David.
- ¿ David?- dijo mi madre....¡ es Susín!
Y es que, dice mi madre, parece me gustaba me llamasen David....¡ qué cosas!
Cuando dejamos Torrero para mudarnos a Francisco Vitoria - ¡ vaya cambio!- la vida dejó de ser sencilla para mi. Mi barco comenzó a zarpar y dejaba atrás un puerto que nunca más volvería a pisar: la infancia. A proa un mar abierto, infinito, misterioso, incierto. Un cielo azul. La calderas a tope, a punto de estallar, al rojo vivo. Muchas preguntas sin contestar.
Y la popa ves alejarse una playa que nunca más pisarás, sin nadie que te despida, sin nadie de quien despedirse, salvo uno mismo, un niño con mi cara diciendo " ¡adios, Susín, adiós!, ¡ya nunca volveremos a vernos!"...y los recuerdos de esos años de inocencia, cuando uno era bueno y era muy feliz . Cuando todo era codo, pestañas, cejas ...sin esa cosita que me iba a llevar por la calle de la amargura durante muchos años.
Qué bonito :-)
ResponderEliminarAbrazo. Feliz finde