viernes, 27 de enero de 2023

ACCESO DIFERENTES AL FUTURO INCIERTO.

La fe del supersticioso  es un arma más de destrucción masiva  que tenemos los hombres, una pandemia, un lujo  costoso. 


En todos los colegios donde anduve topé con personas que acudían a todo tipo de  mediums, videntes, echadoras de cartas. Con frecuencia la madame se decía “consejera espiritual y asesora personal". 


Sabemos que Mario Conde ha sido usuario de esta gente, aunque por asuntos de poder y dinero. O de Jordi Pujol, obsesionado por otra adivinadora, más de casa seva, dallá dalt de la muntanya. Es sabido que Hitler era asiduo a ese tipo de experiencias. Churchill fue adoctrinado por el satanista Alistair Crowley, mucho miedo ese tío. Julio Iglesias, Isabel Gemio, han coqueteado con la brujería. 


En Viaró traté a un padre que asistía a  sesiones de espiritismo, donde se invocaba al muerto , y al mismísimo Lucifer. Este  hombre también visitaba cementerios y casas abandonadas buscando psicofonías, Tenía una colección de cintas grabadas que ponían los pelos de punta.  


En Valladolid conocí dos madres que acudían con fervor devoto a la consulta de una consejera espiritual en Madrid. Era una mujer de rasgos exóticos, mirada asiática y piel aceitunada, que tan pronto invocaba los muertos, como te cascaba un exorcismo guapo. Por curiosidad la visité, pues  su casa estaba dos pisos más arriba de un centro de la Obra donde yo me hospedaba cuando iba a la capital.


La señora, y toda la parafernalia que se rodeaba, velas, incienso, gatos, el cuarto donde recibía impresionaba mucho.


Fui pretendiendo tener una conversación con ella. En realidad, pensaba que, a lo mejor me miraba muy intrigada y me decía " tú tienes un don. Hay algo en ti que es más fuerte que tú mismo". Pero, qué va, me mandó a la mierda.


Mi padre, durante unos años de su vida, buscó también la fe a través de visitas a lugares donde se aparecía la Virgen. Uno era en Portugal, un sitio que se llamaba Ladeira. También fue a Garabandal , y al Palmar.  Tuvo el sentido común de no llevarnos  a esos mundos. Eran gente muy rara, que hacía cosas muy extrañas, y veían sucesos  de mucho asustar ( por lo que él contaba): endemoniados que subían a los árboles de un salto, comuniones dadas por un ángel invisible, ángeles que cantaban...


Siempre ha sucedido que el hombre busque atajos en busca de la felicidad poniéndose en contacto con fuerzas del más allá, ¿pero hoy?. ¿Qué sentido tiene ver la prosperidad y el prestigio que tienen el astrólogo y el médium, y el adivinador de la fortuna?. Y cuando uno ve esas actividades en las columnas de los diarios, en algunas mesas de pubs, en la televisión y las radios, podemos sonreír y pensar que vaya gente más rara... 


Pero toda esa superstición de incapaces asentados en el desvarío relacionada con la inútil búsqueda de medios que permitan al hombre alcanzar el misterio de su propio futuro, y manipularlo con sus minúsculas preocupaciones, todo eso unido con los movimientos de las estrellas, ¡joder, me parece increíble!


Toda este extraño mejunje de pseudo ciencia y charlatanería ha provocado, y provoca, mucha tragedia y desastres personales y familiares por culpa de la mala cabeza del bobo, del débil mental, del que chochea, del ximplet, o del badulaque de cada familia, que los hay... 


Dichosos los que sin ver , creen.




4 comentarios:

  1. Más dichosos son los que no necesitan creer.

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  2. Bueno, eso habría que verlo... tanto de los que creen como de los que no.

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  3. Cada uno ha de ver lo suyo y no extrapolar sus necesidades a los demás. ¡Esa manía de controlar al prójimo!

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  4. Así es o debería ser. Yo no tengo fe -me caí del caballo ya de mayor, al revés que Pablo de Tarso en todo- y estoy feliz. Respeto a los que creen o necesitan creer, cada uno es un mundo.

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