martes, 10 de enero de 2023

UNA TERTULIA EN SANT CUGAT.

En mi segunda vida en Sant Cugat , después de décadas sin estar juntos , fui invitado a cenar en casa de un antiguo alumno . Me encontré con la agradibilísima  sorpresa de  estar acompañado con cinco más.


Nada dura  para siempre, excepto los recuerdos que guarda el corazón. Y la memoria de unas canciones  que no se olvidan.

Todos nos conocimos en el siglo pasado. Y hoy todas esos días azules de  la infancia    son  una bella historia. Hubo un tiempo  en que las risas  se escuchaban en  los pasillos del colegio. Las tiendas de chuches  aún vendían esperanza . Cantábamos a la chica de los ojos de color amarronado.

Eternas tertulias  donde  guitarra en  mano  nos emocionábamos con las ballenas que desaparecían por falta de escrúpulos comerciales. Éramos felices. Hoy  esos días  de una inocencia maravillosa  sólo son  nostalgia.

Desde el balcón se veía  el Tibidabo iluminando la noche . Allí hay una noria que se asoma a Barcelona.  La vida del hombre se reduce sólo a dar unas cuantas vueltas al sol haciendo el idiota durante el viaje. Y ya que estamos, al menos pasarlo bien. Uno se encarama a esta noria sideral, se da unas cuantas vueltas en la bola  , que no suelen pasar de ochenta en los casos de buena salud, y luego el   colega  se apea por el escotillón de la fosa. 

No es poco.

Mientras tanto hay un baile fastuoso y macabro sobre la piel del planeta. Cantábamos , y la política, héroes, villanos, apóstoles, miseria y gracia , profetas, románticos , asesinos, gente de bien, y mala gente , giran por el espacio a bordo de la Noria.

Nosotros somos afortunados. Y  es responsabilidad nuestra  dejar este mundo mejor que  lo encontramos. 

El mundo es un mineral en órbita lleno de monos cuyas pasiones tienen la duración de una cerilla. 

Unos han estudiado en los Jesuitas de Sarriá  . Otros han nacido a  unos cientos de kilómetros al sur y tienen gusanos en el culo.  La vida consiste en ir dando vueltas al sol entre un griterío de crímenes , blasfemias, y plegarias.

Tampoco la historia es una gran cosa. Si uno pusiera a sus antepasados en fila india, a cuatro generaciones por siglo, al final de una pequeña cola, no tan larga como la del Corte  Inglés en rebajas, encontraría a  Platón con una sábana y los pies sucios ,  o a  Jerjes dando cera a los espartanos. Y un poco más allá, según se mira a la  derecha, estaría ya un chimpancé   matándose de risa , causante de este follón .

El carbono 14 con que se mide la escalofriante brevedad de los fósiles,  nos hace ver que esto de aquí es fugaz. La carrera espacial, que nos ha enseñado a  vernos desde fuera de la pelota en que vivimos , ha hecho que nos percatemos  de que en la nave donde el hombre cabalga fugazmente o se salvan todos o no se salva nadie. 

A veces  pienso  que  somos  los  - ¿afortunados?, ¿desgraciados?-  que   nos han dado un ticket  en el  parque de atracciones de la vida que sólo nos  da derecho a unas cuantas vueltas en el tren de la bruja, que de vez en cuando  pasa por el vagón metiendo zurriagazos con la escoba.

Pero somos unos afortunados. Mirando brillar  el santuario en la noche , y sus atracciones .




1 comentario:

  1. Tan solo una mirada, una sonrisa y poco más…. Grandes recuerdos!

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