lunes, 16 de enero de 2023

SOBRE LOS RECUERDOS QUE DEJAMOS SIN SABERLO.

Esta semana pasada tuve dos alegrones muy grandes, de los que se esponja el alma, y respiras muy hondo.


Uno fue motivado por una fotografía. Me la envió un amigo. Se celebró una reunión de antiguos socios de un club Juvenil del que fui director hace treinta años. Yo no fui invitado. Pero en esa foto salían varias personas que quise mucho. 


Le pedí el favor de que me facilitase el correo, o el teléfono de uno de ellos , José.


Fue una conversación maravillosa, festiva, gozosa. La sorpresa, la incredulidad del encuentro inesperado, aunque fuese telefónico, hizo de esos minutos algo inolvidable.


La siguiente alegría fue reencontrarme con otro viejo conocido de aquellos años. Está en Roma. Hacía treinta y cinco años que no sabíamos el uno del otro. Un watsap de video nos bastó para celebrar ese encuentro.


Pero de los dos encuentros lo que más me sorprendió fue que nunca sabemos qué momentos compartidos, aparentemente triviales para uno , sin sentido en ese momento , son los que se quedan grabados para siempre en la memoria de un chico, y que ha significado mucho para ellos.


José me comentó " eres una de las dos personas más importantes de mi vida de adolescente. Y la otra persona me la presentaste tú. No creo que te acuerdes, pero cuando dejaste Bauprés me diste un consejo : "  quédate con fulano, pégate a  él. Es la mejor persona que conozco". Y así lo he hecho. Desde entonces, pase lo que pase, estemos donde estemos, quedamos cada mes de mayo a rezar una romería juntos. No hemos fallado en treinta años ni una sola vez. Y tenías razón, es la mejor persona que he conocido jamás".


Yo no recordaba esa frase, o consejo. 


Por curiosidad le pregunté si era del opus dei. Contestó que no, nunca.


Hasta en eso me equivoqué, pues pensaba que, después de tantos años, y tanta romería...


El de Roma, Miquel, también quiso recordar una frase que recordaba de mi, que nunca la olvidó, y quería agradecer. Y fue " visita a tus padres . Por muy liado que estés, por mucho trabajo que tengas. No dejes de visitarlos". Era hijo único, de padres mayores.


Es curioso esto de la vida. De repente te encuentras con recuerdos olvidados que para alguien han sido luz y guía.


De ninguna de  las dos recordaba nada. 


Pero, al hilo de esta entrada, también me pregunto qué cosas hice, dije, omití en la vida de otros , que dejé hechos fosfatina para siempre. Que ahora me dijeran " hace treinta años, hijo de la gran puta, hiciste esto, o dijiste aquello...


Para saber qué clase de hombre fui, de hijo, de amigo, de profesor , tengo que apañarme con apenas un puñado de anécdotas muy remotas. Y sólo una pequeña parte que te las recuerdan los que te quieren. Los que hiciste mal , nada.


Intuir el resto como hacen los antropólogos , partiendo de un trozo de mandíbula encontrada en una excavación. Esos pedazos sueltos a veces son una frase alojada en la memoria, un algo que hiciste mal, y duele. 


Sé, lo sé porque alguno de esos recuerdos viene  conmigo, los malos, aquellos que demuestran claramente que no fui buena persona, los que me avergüenzan , y que espero encontrar alguien que me lo reproche y le pida perdón.




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