TODO EMPEZÓ CUANDO LE DIJERON QUE ERA MUY GUAPO.

Una persona guapa lo es siempre, porque la belleza no consiste solo en unos rasgos faciales o corporales, en unos ojos bonitos, unos andares delicados , sino en una conjunto de gestos, movimientos y hasta maneras de hablar que se han construido gracias a esa belleza, a esos millones de miradas gratis que se acumularon en su fantasía. 

La persona guapa sabe que lo es porque se siente  observada. Los guap@s  tiene bula por serlo y puede conservar la vanidad y el mal genio que la sociedad  no permite conservar a los feos: por eso a los guapos se les perdona todo.

A estas personas tan agraciadas   durante tantos  años, ni las arrugas ni los michelines consiguen eliminar nunca todos eso. 

Pero me están empezando a cansar las chicas guapas . Debe de ser la edad, que la tengo muy mala. Supongo que este hartazgo me procede de las  redes, donde todo el mundo es guapo, de una belleza muy homogeneizada, no sé si por los filtros o porque la mayoría se maquilla o posa o se fotografía de la misma manera. Y al final  dices " a la mierda".  Me sucede como con las fresas .

Cuando íbamos a buscar fresas en Bielsa y mi padre decía "¡ es tiempo de fresas!". Era en junio. Y cuando   llegaba junio  la familia éramos un bosque de fresas y en las piernas fresas y en las muñecas y en los pozales del fruto  rojo.

Pero desde que la ingeniería genética ha demostrado que las fresas antiguas se equivocaban, hay  fresas de enero a diciembre, el lunes y el martes, el miércoles y el remiércoles y mis cojones. 

Y ahora todo me es un cansancio de fresas  cada  tres por dos y un bah, que le den : está bien que haya mujeres guapas en el mes de junio ... pero que las haya todos los días...

Las mujeres veinteañeras, no digo que no estén bien y  que tengan su atractivo, pero padecen de un problema grave  : todas se mueven y hablan de forma muy parecida. Es alucinante las cantidad de clones, en gestos, en modos de decir, en guiños universales que nacen de las series, del cine, de  las redes. Se repiten mucho. Hay poca originalidad. 

Pero hay algo que he aprendido de tanto estar con gente guapa. Los niñas bien, los niños ricos , normalmente, son guapos. Y te miran como que lo saben. " Me duele la cara de guapo que soy".

A lo que tienen miedo las personas que fueron guapas en su juventud, más que a las arrugas o las caries o la obesidad, es a perder el hábito de ser miradas. Porque todo ese embeleque pasa.   Esos miles de miradas  que recibieron gratis desde muy pequeños, esa falta de pudor que tiene la familia, los tíos, los amigos, "¡ pero qué guap@ eres!" . Y el crío te mira fija a los ojos como diciendo " ya lo sé!"  Los mismos que les aportaron arrogancia en los gestos y seguridad en el carácter, llega un día  que  ya no llegan con la misma asiduidad que antes y su máquina de las preguntas se dispara: ¿qué hacemos ahora? ¿quién nos devuelve aquella colección de miradas siempre fijos en nosotros? 

Ser guap@ es un problema. 

Conocí un numerario que era muy guapo. Un galán. Tenía modales delicados y  como exclusivos,  algo afectado, una delicadeza  y una cortesía artificial, pero que allí le daba una patina de  hombre de clase. Era discreto. Escuchaba muy bien. 

Fue director de varios centros.

Un día dejó la opus. Y la gente  decía " pero qué ha pasado, con lo majo que es, si era un santo,  con lo guapo que era, si parecía que no  había roto un plato".

Un día lo vi en internet. Se anunciaba como modelo. Se presentaba como  modelo  maduro .  En el book de fotos  se le veía en la playa , descalzo, con  unos pantalones de lino arremangados hasta media pierna, con la chaqueta colgada sobre los hombros, mirando la mar océana.

¿ Qué había sucedido?, pues que allí dentro no había nada Era una cáscara y, supongo, un día debió de hartarse.

Todo comenzó  creyéndose guapo.