Al terminar en el Gimnasio acostumbro a ir a la Iglesia de Caldas de Reis. Está cerrada a esa hora. Hay un atrio pequeño. Allí apoyo la cabeza en la puerta y digo " ¡ aquí estoy, soy "Casi". No nos dejes, y cuídanos". Todos los días. Y ese cuídanos se refiere , a mi familia, a mis amigos, y también estáis vosotros, la peña del Barullo.
Lo de "Casi" lo hago desde hace unos meses.
Un día me di cuenta de que soy un hombre "Casi": casi bueno, casi limpio, casi rico, casi buen profesor, casi santo, casi buen hijo, casi buen hermano, casi buen amigo, casi hombre fiel, casi buen marido, casi buen numerario, casi buen guitarrista, casi casto, casi luz, casi escritor, casi cantante, casi compositor, casi cómico, casi deportista, casi ordenado, casi creyente, casi prudente, casi sincero, casi generoso, casi paciente, casi templado, casi honesto, casi cabal, casi amable, casi abnegado, casi....
Y simultáneamente he sido casi mala persona, casi pervertido, casi alcohólico, casi enfermo de infecciones raras, casi adicto, casi perezoso, casi envidioso, casi ladrón, casi lujurioso, casi de infiel, casi ludópata, casi gay, casi enganchado al sexo sucio, casi abandonado a mi lado más oscuro, casi antisocial, mal hijo, , mal hermano, mal amigo, mal marido.
Supongo que como todos. Siempre "casi", en tierra de nadie. Parece que cuando ya estaba a punto de dejar esa frontera del "casi" , para bien o para mal, una mano invisible, un viento casual - no tan casual- forzaba las velas y la dirección y el rumbo, y la vida giraba a nuevos destinos.
No siempre he sido quien quería ser.
Qué pesadilla de persona, y de cuerpo, me ha tocado, por Dios. Es increíble cómo se va mi vida por el desagüe por no haber sido capaz de controlarme. Sólo pensar en el tío que sería si dedicara un 50% de mi tiempo a ser mejor persona , en lugar de haber hecho tantas gilipolleces y dedicado tantísimo tiempo a mi vanidad, a mi pereza. Soy un puto enfermo de mierda de narcisismo , no os podéis imaginar la pena que me doy.
A veces, me veo como el hígado exagerado del ganso: al obligarle a mi vanidad a la aberración de extenderse hasta ocupar toda mi vida , genero un monstruo. Si a mi vida se le pusiera una etiqueta como la que se aplica a los tarros de mermelada, podríais comprobar que estoy hecho de colorantes, conservantes, acidulantes, gasificantes y antioxidantes, y un poquito de fruta .
- ¡Dios mío!: aquí está "casi".
Me han enviado una canción sobre el Papa -; Francisco adelante se titula. Creo que la cursilería debería ser pecado mortal.
ResponderEliminarMenos mal que esa iglesia huele a viejuno y a jesuita.
Me he acordado de Casi-miro Molins, qué gran persona!
ResponderEliminarNo lo conocí.
ResponderEliminarDecir que somos “casi” equivale a decir que somos “humanos”
ResponderEliminar¡Qué aburrido sería ser perfectos!
Lo siento por ti, Suso. Shakira ya lo dejó muy claro en una de sus canciones, ella prefiere un rolex a un casi-o.
ResponderEliminarEsta entrada usted la podría resumir con una sola palabra; pereza. La cual es la madre de todos los demás vicios.
ResponderEliminarPues mire, usted debería bajar ya esos pies de la mesa, alejar esa bolsa de papas fritas, e intentar mejorar o algo.
Mano dura necesita usted! Alguien que le exija, que le riña, que le a madrugar, y dejar de levantarse a mediodía! So vago! Que rabia me da! Gandul!
ResponderEliminarEsto me recuerda a una de mis anécdotas favoritas sobre nuestro Fundador. En una cena de diario le hizo repetir tres veces una tortilla a la francesa a una numeraria auxiliar porque no estaba bien hecha, el trabajo no estaba santificado.
ResponderEliminarLa tensión se podía cortar en ese comedor. Llegaba una tortilla, el Fundador la miraba y señalaba con el pulgar hacia abajo. La auxiliar que hacía la tortilla, un paño de lágrimas.
Nuestro Fundador se había vuelto platónico: el mundo de las ideas con su tortilla perfecta y nuestra caverna, donde solo vemos los reflejos de la tortilla de las tortillas.
Yo pienso que todos somos "casi". Tampoco vemos la meta, solo el horizonte y a medida que caminamos aparecen nuevos paisajes.
Todos somos narcisistas, es una cosa del pecado original. No exsite la tortilla perfecta.
! JAMÍÍÍÍAAAA!
EliminarPor Dios pobre mujer. Qué mal rato se habría llevado. El Santo tenía un mal día y lo pago con su hija pequeña, a cuenta de una misera tortilla. Si eso hacen los Santos… el resto estamos todos perdonados. Así que no preocuparse y a disfrutar que nos queda poco. Eso es de verdad lo único que importa. El tiempo y la muerte. Hacer el favor de no amargaros por gilipolleces…
EliminarA ver, el más grande, el mejor deportista de todos los tiempos es Casi-us Clay. Respeto gordo para él. Invito a ronda de JB's y Voll damm's en el Bar Ullo en su memoria. Honor y gloria para Casi-us.
ResponderEliminarLos hombros traigo cargados
ResponderEliminarde graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.
Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;
y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.
Siempre pensé que la tortilla protagonista de la anécdota, muy digna de Villa Tévere por cierto, era una tortilla a la “francesa”, solo huevo.
ResponderEliminarPero hete aquí que, estaba yo dándole a la cocina hace pocos minutos, he pensado que quizás esa maldita tortilla bien podía haber sido, en vez de las aburridas, una de las benditas donde las haya: la española, la tortilla de patatas con o sin cebolla.
En todo caso, bastante desganado debía estar el fundador ese día.
Y no fueron 3 tortillas fueron siete.y fue en el colegio romano. La buena mujer estaría llorando
EliminarEso es pobreza de huevos
EliminarLe digo yo a mi mujer (que tiene más paciencia que tía Carmen e Inés Rosales juntas) que me repita la tortilla no tres sino una vez y ceno el resto del año en calzoncillos en las ramblas de Barcelona.
ResponderEliminarA veces, me levanto cuando no puedo dormir y tras fumar unos cuantos cigarros, me acuerdo de entrar aquí y me pego un atracón. Me gusta que escribas en verdad, y que casi siempre esa verdad coincida con la mía. Y aunque siempre tengo la esperanza de que ya no me encontraré ninguna "entrada" que defina más cómo soy, cómo me siento, lo de Casi, me ha dejado tocadete. Menos mal que durante muchas horas al día no me da tiempo de pensar que casi nunca soy quien quiero ser. Por cierto lo de la Fibrosis no se si será doloroso y tal, pero a mi me da paz y alegría que tu sepas cuanto te queda de partida. Ojalá tenga esa misma bendición. Abrazo de un Pedrusco es lo que soy.
ResponderEliminarUsted sabe mucho. Gran tema esa canción. Gracias por estar y ser.
EliminarDe momento la fibrosis no duele::,es un tema respiratorio, pero la tengo, de momento "'voy a ti, salto de mi balcón". Cayendo poco a poco.
Antes pensaba que me tenía de dar de alta en el blog para contestar. Ayer me di cuenta de que no. Así que, me veras mas por aquí porque me es más fácil opinar escribiendo en el teclado del ordenador. Buen día y buen paseo.
EliminarAquí tienes sitio guardado siempre
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