Una de las cosas que más me jode es cruzarme con tías feministas pata negra. Y con tíos acomplejados ante lo políticamente correcto. Los planchabragas.
No puedo con eso. Y , además, en cuanto huelo la traza, escapo. No discuto. Mi desprecio más absoluto. Ante una boba incurable no hay nada que hacer.
Para mi el amor, y así fue educado, y esas verdades bebí en mis lecturas, es romántico, o no lo es. Me la bufa si lo tachan de heteropatriarcal , o de cursi, o de lo que quieran llamarlo. La verdad es que sólo quién ha amado, o ha sido amado así , románticamente, es capaz de entender.
Uno ha conocido muchos sentimientos hermosos, ha amado de muchas formas , también he sentido el frío de la atrofia espiritual, y he sido poseído por ese amor romántico. Y sé para qué sirve una vida no desperdiciada. Una vida entregada a alguien a quien se quiere llevar a la felicidad o, al menos, acompañarla en su desgracia.
Y siempre la duda , el hermoso miedo a equivocarnos.
Tuve mi oportunidad - todos la tenemos- y mal que bien la aproveché: la viví a mi modo, y anduve por un tiempo una vida ascendente y superior.
Luego ella murió y yo con ella. Después se me concedió otra oportunidad. Tengo la seguridad de que vino encargada de lo alto.
¡Otra vez el amor romántico!
Y la señal de que hay personas que nos han querido muchísimo y han fallecido, y que son una mirilla por la que podemos ver más allá de la muerte: viven entre nosotros, pero tienen un pie metido en el umbral de lo invisible.
Una vez conocidas, sabes que nunca tendrás miedo porque ellas están esperando.
Así veo la vida. Así el amor.
Esta entrada me recuerda a un cuento de James Joyce que recoge en la colección Dublineses. El título original en inglés es The Departed, que han traducido al castellano como Los Muertos.
ResponderEliminarMe parece que la traducción del título no refleja el espíritu del cuento. Estar muerto es algo definitivo, partir tiene una acepción temporal, pasajera.
Yo lo titularía "Los ausentes".
Un grupo de familias se reúne cada año para celebrar la Navidad. Los ausentes siguen presentes y su recuerdo es presencia, una presencia que provoca la introspección de los protagonistas.
La mujer de Gabriel, el protagonista, queda sumida en un estado melancólico que su marido no comprende. Al llegar a casa ella se echa a llorar y le cuenta la historia de su primer amor, un joven de 17 años que falleció, pero que sigue presente.
Gabriel no es capaz de consolar a su esposa, no sabe qué hacer. Se vuelve a la ventana para ver caer la nieve
"Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos".
Estamos todos en comunión universal, aunque a veces no sepamos cómo consolar y nos sintamos impotentes para expresar compasión.
A mi ese cuento me pareció maravilloso. Me dejó muy tocado
EliminarSanyi, si no me acuerdo mal, el título del último relato de "Dubliners" -que me parece ser el relato al que te refieres en tu entrada- es "The dead". Por lo tanto, aunque el castellano no sea mi idioma, me parece que la traducción esté bien. Pero se entiende muy bien lo que dices, y quizás JJ hubiese acertado más con el título "The departed". Se agradece mucho que en tus comentarios siempre saques citas de novelistas, filósofos y otros intelectuales.
Eliminarel enamoramiento no es amor propiamente, el enamoramiento común es más un cóctel de avidez de procrear + emociones futboleras
EliminarSer idiota es una bendición , como vivir anestesiado. Tiene usted mucha suerte.
EliminarSi eso es ser idiota, bendita idiotez.
EliminarImagino que para usted el ver una peli porno es amor puro, verdadero y generoso y los que no lo entiendan son "idiotas".
Ja ja ja ja....¡ esa es la actitud de un idiota!
EliminarLe recuerdo que es usted el que escribió. ", el enamoramiento común es más un cóctel de avidez de procrear + emociones futboleras"
Lo de " escribir " avidez de procrear" en lugar de follar , muy bueno.
Lo de bendita idiotez , muy bueno. Porque eso es lo que yo defendía . Ja ja ja ja ja...
No sé si sentimos envidia, seguramente nos emocionamos delante del amor eterno. Y nos da asco quien únicamente piensa en el bienestar terreno. Me parece que en el relato Gabriel, persona solo interesada en el estatus social, sin interés/amor por su país, Irlanda, incapaz de amar (quizás solo sepa que es el amor en el sentido de “eros” -echar un polvo con o sin emociones futboleras- pero no -también- en aquello de “agape”), durante la cena, insiste en la división entre el pasado, es decir los muertos, y el presente, es decir los vivos. Sin darse cuenta que el muerto es el, persona sin ideales y pasiones mientras Michael Furey, el joven que amó a su mujer y murió por amor de ella, sigue viviendo y provocando emociones fuertes en ella.
EliminarOjo, deberías ser más moderado. Piensa que te lee gente de tendencias y géneros insospechados. Guapo.
ResponderEliminarSilvio Eleno
Lo de guapo me lo tomo como un cumplido. Gracias.
EliminarHola Silvia, y por ello no se puede expresar (con la libertad que uno dispone verbal y constitucionalmente) lo que desee siempre dentro de la ley? Por qué no ha dicho nada que pueda ofender, al lado de lo que se puede decir con la realidad que nos rodea ….
EliminarLo políticamente correcto cambia cada día. Cada uno debe tener sus propias ideas, fruto de la lectura y la reflexión.
EliminarEn caso contrario te conviertes en un mutante.
Por cierto, ayer leí una frase relacionada con la titulitis, eso de engullir planes de estudio, de Montaigne: "es preferible una cabeza bien ordenada a una cabeza llena".
El feminismo es un montón de contradicciones que se retroalimentan. También es un negocio para recibir subvenciones.
quien es este/a silvio eleno, parece esto una película de almodovar
ResponderEliminarsilvio eleno, de qué genero eres?
ResponderEliminarMadre mía un travesti, con el tal Silvio Eleno la pluralidad del barullo en indudable
ResponderEliminarSilvio Eleno es el moreno de Nebulossa
ResponderEliminarGracias por la entrada de hoy, me ha encantado. En el amor con todas sus contradicciones y misterios, imposible no citar, aun brevemente, a Catulo, el poeta romano considerado como uno de los más grandes de la historia en asuntos de amor:
ResponderEliminar“Si algo grato o amable, querido amigo Calvo,
puede alcanzar incluso a los sepulcros mudos desde nuestro dolor,
es la melancolía
de volver a vivir los amores antiguos
y llorar los amores perdidos del pasado:
la muerte prematura de tu esposa Quintilia
seguro que le duele menos a ella, pues sigue
gozando de tu amor.”