No
sé por qué razón hay quién se empeña en creer que cuando algo
no sale como uno pensaba, o que no resultó tan bien como esperaba, o
no fue tan importante como se soñó, entonces, viene la decepción,
el desengaño, la desilusión, o el desencanto.
Puede
que sí, y puede que no. Cuando alguien te juzga por esa decisión
que tomaste y, por lo que sea no alcanzaste, tiende a juzgarla
como frustración. Eres un frustrado. O, peor, eres un fracasado.
Pues
no. O no siempre. Dependerá de cómo la sientas tú. En mi caso,
todas las empresas en las que puse mi vida y todas mis potencias en
ellas, no han supuesto ningún tipo de fracaso. Y en algunas fracasé.
Sencillamente,
o no daba la talla, o no estaba preparado para semejante proyecto o,
bueno , que salió mal.
Por
otro lado hay gente que continúa en el mismo proyecto de vida, sin
romper la inercia de su primer impulso, y viven en el desencanto, en
la abulía, y en el desengaño.
Hay
otra forma de ver este asunto. Mira las consecuencias de los actos de
esas personas. Observa su rostro, sus gestos, su manera de andar por
la vida.
Porque
hay gente que cuando una previsión que tuvo no la llegó a cumplir,
al dejarla, sintió alivio, sosiego, paz.
Y
hay gente que sigue dentro y lo que siente es desazón, ahogo,
angustia.
No
te midas por las metas conseguidas.
Bien escrito, Mauri.
ResponderEliminarHay que medirse por las metas que te quedan por conseguir.
Hay que medirse? Hay que medir a alguien? Para qué?
ResponderEliminarDionisio
Probablemente "medir" no sea la palabra, y "quedar por conseguir", tampoco.
ResponderEliminarYo del futuro, la verdad, no espero nada. Ya irá viniendo, y cuando llegué, como los toros cuando salen a la plaza, ya veremos cómo y qué se torea.
Pero la actitud mejor es la de las vírgenes prudentes, que están "esperando" de un modo activo.
Las necias pensaban que ya estaba todo resuelto y vivido.
¿Pero como se espera de un modo activo?
ResponderEliminarEsperas con todo preparado, sabiendo que en cualquier momento puede suceder cualquier cosa
ResponderEliminarDe acuerdo, gracias.
ResponderEliminarPara mi uso personal manejo el siguiente criterio. Quiero la Luna, el Sol, el Universo, la felicidad, lo quiero todo, absolutamente todo, no me pongo limites en el querer, sin embargo, necesito muy poquito, muy poquito, cada vez menos. Si no puedo obtener el Universo no me amargo porque no lo necesito, me quedo la mar de contento con la Luna, pero si tampoco la obtengo, a lo mejor descubro la enorme felicidad que se esconde en una tortilla de espárragos, que tampoco la necesito… En fin, no sé si me explico. Miras muy altas y expectativas muy bajas, o algo parecido.
ResponderEliminarDionisio
¡Bien, Dionisio!
ResponderEliminarHan cambiado mucho tus entradas.Gracias.
ResponderEliminarEl anónimo último no se entera.
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