Ayer eliminé el comentario de un tipo,
el de siempre, que no le hacía gracia que defendiese el amor como
fuente de salvación.
“Amar, sí”- escribió- “pero sólo eso no basta”.
Lo eliminé porque me recuerda - ¡cada vez más!- al puto jefe de la sinagoga que se cabreó porque Jesús curaba en sábado. Y, además, a una pobre jorobada que llevaba 18 años encorvada.
Nuestro enano no comprende la grandeza de la misericordia divina (por eso se cuida muy mucho de añadir al amor “el que hay que trabajárselo”. Hay que currarse la gracia para este tío...esa grandeza de Jesús, digo, que libera a esta mujer postrada desde hacía tanto tiempo, le jode.
Celoso en apariencia de la observancia del sábado prescrita en la Ley, nuestro fariseo particular no sabe ver la alegría de Dios al contemplar a esta hija suya sana de alma y de cuerpo. Y que la cura porque sí, porque le sale de los Santos Cojones.
Su corazón, frío y embotado –falto de piedad y lleno de normas- , no sabe penetrar en la verdadera realidad de los hechos. Y , encima, le mete bronca a la peña: Seis días hay en los que es necesario trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados y no en día de sábado.
¡Hala!, ¡que hay que obedecer la ley, coño!...¡ora et labora!
Así es este pobre hombre. Le jode leer que Dios es misericordioso, y que la gracia es gracia porque es gratis. A Dios las normas, la verdad, como que no...
No seré yo quien le conteste...le responde Jesús que, como en otras ocasiones, no calla: le llama hipócrita, falso, y contesta –recogiendo la alusión al trabajo– explicando que, así como ellos se daban buena prisa en soltar del pesebre a su asno o a su buey para llevarlos a beber aunque fuera sábado, a ésta, que es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no era conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado?.
Yo creo que falta una apostilla final a la sentencia de Jesús...”, ¿no era conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado, hein, fil de puta, cabroncete?.
“Amar, sí”- escribió- “pero sólo eso no basta”.
Lo eliminé porque me recuerda - ¡cada vez más!- al puto jefe de la sinagoga que se cabreó porque Jesús curaba en sábado. Y, además, a una pobre jorobada que llevaba 18 años encorvada.
Nuestro enano no comprende la grandeza de la misericordia divina (por eso se cuida muy mucho de añadir al amor “el que hay que trabajárselo”. Hay que currarse la gracia para este tío...esa grandeza de Jesús, digo, que libera a esta mujer postrada desde hacía tanto tiempo, le jode.
Celoso en apariencia de la observancia del sábado prescrita en la Ley, nuestro fariseo particular no sabe ver la alegría de Dios al contemplar a esta hija suya sana de alma y de cuerpo. Y que la cura porque sí, porque le sale de los Santos Cojones.
Su corazón, frío y embotado –falto de piedad y lleno de normas- , no sabe penetrar en la verdadera realidad de los hechos. Y , encima, le mete bronca a la peña: Seis días hay en los que es necesario trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados y no en día de sábado.
¡Hala!, ¡que hay que obedecer la ley, coño!...¡ora et labora!
Así es este pobre hombre. Le jode leer que Dios es misericordioso, y que la gracia es gracia porque es gratis. A Dios las normas, la verdad, como que no...
No seré yo quien le conteste...le responde Jesús que, como en otras ocasiones, no calla: le llama hipócrita, falso, y contesta –recogiendo la alusión al trabajo– explicando que, así como ellos se daban buena prisa en soltar del pesebre a su asno o a su buey para llevarlos a beber aunque fuera sábado, a ésta, que es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no era conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado?.
Yo creo que falta una apostilla final a la sentencia de Jesús...”, ¿no era conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado, hein, fil de puta, cabroncete?.
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Ayer,a última hora, insistió nuestro tonto en su idea con un comentario más. Allá lo dejamos.
Ayer,a última hora, insistió nuestro tonto en su idea con un comentario más. Allá lo dejamos.
Según el testimonio de Jesús, el criterio con que se llevará a cabo el juicio final es el grado de caridad de las obras hacia nuestros hermanos, sin hacer referencia a ningún criterio de fe doctrinal. La fe no es “información”, sino que debe ser una fe “performativa”: toda actuación recta del hombre es esperanza en acto. El don de sí mismo (por ejemplo, la monja de la entrada de ayer) representa la perfecta adhesión a la propia realidad creatural, es la santidad y la sanidad: la "salus". “El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (Redemptor Hominis, 10).
ResponderEliminarYo creo que el tipo que piensa así es fruto de su deformación opusina.No es él, es el opus el que le hace ser y pensar así.
EliminarPues yo creo que no. Conozco muchos de la opus que no piensan así. Al contrario. Y aquí nos leen bastantes.
EliminarYo creo que es un problema de cabeza, probablemente un enfermo con unas obsesiones y escrúpulos tremendos. Una persona que depende lo que siembres allá dentro recoges frutos monstruosos. Gente que necesita unas seguridades doctrinales que le amarren de por vida a criterios y normas muy impermeables a la acción de la gracia en los demás.
¿Son muchos?...yo creo que no.
Compadezco a los suyos, esa es la verdad.
Si, bueno, creo que es gente que no deja un resquicio para la duda, y esa inseguridad, porque al final es eso, les lleva a llenar esos resquicios de normas.
ResponderEliminarY no solo es el "et labora", es que te dicen COMO debes hacerlo. Si lo haces como yo digo vale, si no, no vale. Es decir, entiendo que recogen el mensaje evangélico, que es universal, y lo rigidizan a su antojo.
Es fin es como una paletizacion del evangelio, querer uno acotarlo, limitarlo...
Yo estuve a punto de pitar en el Opus hace ya muchos, muchos años... Y sabia perfectamente cual era el espíritu, me habían hecho saber como comer, como hablar , como reír, como sentarme en el oratorio, como rezar, como mirar, como JUZGAR.
ResponderEliminarY como llegue a pensar que la forma era mas importante que el fondo mismo... En definitiva, pienso que un horror. Me costo muchísimo liberarme de aquella costra de fariseismo. Y bueno, miento, creo que tengo aun un ramalazo impresionante...
Venga, chicos. No seais así con ese pobre, que bastante tiene con soportar sus miedos y sus neuras. Propongo sacarle de copas o comprarle un helado o cualquier cosa que le sirva para descubrir que la vida es divertida...¡Si en el fondo lo que le pasa es que no se lo pasa bien y que cuando se mira al espejo no le gusta lo que ve!
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ResponderEliminarEfectivamente, Tomás está mal de la cabeza.
ResponderEliminar¿Qué tendrá que ver la gracia, que es el tema de la entrada,creo, con "El amor del martini y la gandulería es lo que "el pueblo"pide. Pues nada. Pasemos de la verdad, y caigamos bien a to er mundo".
¡Pobres hijos,¡santa mujer!.
Lee tan deprisa la entrada este Tomás que antes de terminar la lectura ya está contestando...
Eliminar"¡Hala, hala!", parece que nos dice ,"sólo estáis pensando en acudir al Maestro en viernes, precisamente, y lo hacéis para que os cure y poder follar, y beber y pasarlo bien.
Qué salvífico es "amar" sentado en la terracita, con el puro y el martini! El cielo,vamos".
Yo conozco también alguno de la Obra y no se le parecen a éste Tomás ni en pintura.
Da un poquito de cosa este hombre de dios.
¿Pero es de la prelatura Tomás López?. Este debe soltar unos PAX como panes.
EliminarPues sí, Tomás, debe de ser muy bonito "ese amor que redime sin dar golpe", como señalas cabreado.
EliminarEl del buen ladrón, por ejemplo, el de los diez leprosos...¡qué te voy a contar a ti!
¿Sabes qué sucede?, que es Él quien redime, no tus esfuerzos.
Yo creo que crees en un dios un poco cabrón.
Yo no entiendo que hace el tal Tomás en este blog.
ResponderEliminarTomas ¿Te gusta que te pongan verde?. Chico, para de una vez.